Woody Allen y Chuck Berry inician con sus pel¨ªculas una oleada de cine norteamericano
Con esa proverbial precisi¨®n que le ha convertido en el festival mejor organizado de Europa, la Berlinale 88 inaugur¨® la noche del viernes su denso programa: 31 largometrajes en competici¨®n y otro 400 en las diversas secciones paralelas, para un conjunto de casi 7.000 invitados. Ayer, s¨¢bado, en la veintena de salas que acapara estos d¨ªas el festival berlin¨¦s, comenz¨® el desfile de im¨¢genes, en el que es ostensible una masiva presencia del cine de Estados Unidos. Si la ¨²ltima pel¨ªcula de Woody Allen fue la atracci¨®n de ayer, hoy domingo, los focos persiguen a la figura larguirucha e inconfundible de Chuck Berry, el viejo campe¨®n del rock fundacional.
El cine estadounidense ha experimentado durante 1987 un fuerte e inesperado crecimiento, que, en n¨²meros redondos, supone el aumento de casi el 20% de espectadores respecto de temporadas precedentes. Otra vez la primera industria cinematogr¨¢fica del mundo empuja; y esto, en un festival como el de Berl¨ªn, que, por ser el primero de los grandes del a?o, suele dar el tono y las pautas de lo que se avecina, tiene un reflejo bastante fiel.El cine independiente de Estados Unidos (que comprende la producci¨®n de 35 organizaciones, encabezadas por el American Film Institute) ha tra¨ªdo a Berl¨ªn un lote de 26 filmes, a los que hay que a?adir otros 18 en copias de v¨ªdeo destinadas al Mercado del Film.
Pero esto es s¨®lo el oscuro subsuelo de una brillante superficie que tambi¨¦n puede leerse en cifras: de los 31 largometrajes que componen la secci¨®n oficial de la Berlinale, nueve son estadounidenses, es decir, casi la tercera parte.
Al parecer, Hollywood y sus alrededores tienen mucho (otra cosa es que todo sea bueno) que ofrecer este a?o. Y es sintom¨¢tico que una pel¨ªcula como World street, del famoso Oliver Stone, haya sido relegada aqu¨ª al humillante segundo plano de una de las secciones informativas, lo que no impide que haya creado mucha expectaci¨®n, tras la paradoja de su reciente ¨¦xito en Nueva York y su m¨¢s reciente fracaso en Par¨ªs.
En la sesi¨®n inaugural se estren¨® una pel¨ªcula alemana: Linie 1, cuyo director, Reinhard Hauff, ya gan¨® el Oso de Oro hace dos a?os con Stamheim, pel¨ªcula en la que abord¨® el exterminio del grupo alem¨¢n de extrema izquierda Baader-Meinhoff. Hauff ha pasado de golpe, desde un seco documento pol¨ªtico a un filme musical inspirado en la jugosa tradici¨®n del cabaret berlin¨¦s.
Pero su salto ha sido muy corto, y no ha sobrepasado la teatralidad de origen, por lo que Linie 1 resulta una pel¨ªcula confusa y poco diestra en el arte del manejo de la c¨¢mara dentro de decorados.
Rodeado por la algarab¨ªa de algunos grupos pol¨ªticos de tipo marginal, en el estreno de Linie 1 se produjeron alborotos, sin que la sangre llegara al Spree, r¨ªo acostumbrado a batallas mayores y a proyectiles m¨¢s serios que inofensivos huevos po dridos.
Rockero sensent¨®n
Hoy, en Berl¨ªn, es el d¨ªa de Chuck Berry, que anoche lleg¨® para presentar su Hail! Hail! Rock'n roll, pel¨ªcula de montaje realizada por Taylor Hackford autor del engendro Oficial y caballero) sobre un reciente concierto del famoso sesent¨®n del rock, acompa?ado por Eric Clapton, Keith Richards, Bruce Springsteen y otros nombres no menos sonoros dentro de la m¨²sica que Berry contribuy¨® decisivamente a crear con temas cl¨¢sicos del rock como Johnny B. Goode y Memphis.Complet¨® la programaci¨®n oficial de ayer la australiana Ground zero, dirigida por Michael Pattinson, pel¨ªcula de investigaci¨®n policial sobre un fondo pol¨ªtico bastante radical: la hip¨®tesis de que en las pruebas at¨®micas brit¨¢nicas en los primeros a?os 50 en Australia se emplearon a tribus abor¨ªgenes como cobayas humanas. Una pel¨ªcula que nos pone de manifiesto que el cine australiano, incluso en sus productos menores como ¨¦ste, sigue adquiriendo pujanza.
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