Para cuatro gatos
El carnaval en Madrid es para quien lo trabaje y sea capaz de aguantar al relente conciertos como los de Eddie Palmieri y ?scar d'Le¨®n en la plaza Mayor. Palmieri se enfrent¨® a un fr¨ªo serrano que hac¨ªa envidiar cualquier disfraz de esquimal. El venezolano D'Le¨®n tuvo m¨¢s suerte con la temperatura, pero soport¨® una pertinaz lluvia que no desanim¨® a los cuatro gatos que fueron dispuestos a escuchar salsa sin conservantes ni colorantes, por encima de las inclemencias meteorol¨®gicas.Con la formaci¨®n cl¨¢sica de este tipo de m¨²sica -piano, contrabajo, tres percusionistas, secci¨®n de metal y cantante-, expusieron fielmente dos de los caminos por los que hoy transcurre la salsa. Puer torrique?o del Bronx neoyorquino, Eddie Palmieri se ?ni ci¨® en el estudio del piano a los ocho a?os. Hoy, cuando ha cumplido 52, la t¨¦cnica contin¨²a omnipresente en su m¨²sica. Magn¨ªfico y espectacular arreglista, toma ele mentos del jazz en sus diversos estilos, fusion¨¢ndolos con la salsa hasta crear una mezcla de indudable riqueza art¨ªstica, aunque dif¨ªcil de digerir en pleno invierno y a la intemperie. Las constantes improvisaciones de cualquiera de los 10 componentes de su orquesta convirtieron su actuaci¨®n en algo m¨¢s propio de un festival de jazz que de unos carnavales, pero cuando son¨® la salsa que el p¨²blico esperaba, hasta el mismo Palmieri se olvid¨¦ de ponerse los guantes para dirigir a sus m¨²sicos.
Conciertos de Eddie Palmieri y ?scar d'Le¨®n
D¨ªas 15 y 16. Plaza Mayor. Madrid.
?scar d'Le¨®n fue otra cosa. El ex taxista abri¨® un par¨¦ntesis de 48 horas en su carnaval venezolano para actuar en Madrid, y sali¨® dispuesto a todo, incluso a ponerse la lluvia por montera. Durante dos horas ofreci¨® una de las actuaciones m¨¢s calientes vistas en los ¨²ltimos tiempos, y a sus 45 a?os estuvo a punto de romperse la crisma cuando, ejerciendo de equilibrista encima de las resbaladizas vallas de seguridad, cant¨®, bail¨¦ e improvis¨¦ letras acerca de las prendas de abrigo que le regalaba un p¨²blico entregado.
La salsa de ¨®scar d'Le¨®n, menos cerebral que la de Palmieri, es m¨¢s directa, popular y bailable, con ritmos que van desde el merengue al bolero, sin olvidar el cha-cha-cha, al margen de influencias norteamericanas y con una carga de energ¨ªa capaz de hacer cerrar los paraguas y meterse a todos en el bolsillo.
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