La feria americana

LAS PRIMARIAS de New Hampshire han colocado al republicano Bush y al dem¨®crata Dukakis como candidatos probables para la elecci¨®n, en noviembre pr¨®ximo, del nuevo presidente de EE UU. Pero no han eliminado a otros dos posibles candidatos: Dole en el campo republicano y Gepliardt en el dem¨®crata.Para Bush, despu¨¦s de haberse quedado en el tercer puesto en Iowa -un fracaso que sorprendi¨® a todo el mundo-, la necesidad de ganar en New Hampshire era un imperativo absoluto. Ha salido de un bache peligros¨ªsimo. Pero Dole ha obtenido un resultado bastante bueno en un Estado en el que lo ten¨ªa dif¨ªcil. Ser¨ªa precipitado borrarle de la lista de los posibles presidentes.

La victoria de Dukakis estaba cantada en New Hampshire. Su contrincante es Gephardt, ganador en lowa. El primero tendr¨¢ ahora un apoyo m¨¢s resuelto del aparato del Partido Dem¨®crata, y ello puede ser fundamental en el Sur. Pero es notable que el populismo de Gephardt, con su lema patriotero y proteccionista Am?r?ca primero, haya impactado no s¨®lo a los agricultores de lowa, sino tambi¨¦n en New Hampshire, uno de los Estados m¨¢s industrializados y pr¨®speros.

A las primarias de New Hampshire se les atribuye un valor simb¨®lico, a partir de una realidad hist¨®rica impresionante: todos los presidentes de EE UU, desde 1952, ganaron en su respectivo partido las primarias en dicho Estado. Sin embargo, ¨¦ste no tiene las caracter¨ªsticas que permitir¨ªan considerarle como un microcosmos de EE UU. Es un Estado peque?o, industrial, y su poblaci¨®n es blanca, vive en ciudades peque?as o medianas y vota en su mayor¨ªa por los republicanos.

Este a?o, el proceso electoral va a tener una novedad: el martes 8 de marzo tendr¨¢n lugar primarias en 20 Estados, sobre todo del Sur. Ser¨¢ una fecha decisiva. En los resultados de ese supermartes pesar¨¢n mucho factores en los que Bush y Dukakis llevan ventaja: la capacidad financiera -algunos candidatos ya han agotado sus fondos- y un respaldo organizativo capaz de cubrir a la vez muchas batallas.

La elecci¨®n del presidente de EE UU tiene una importancia considerable para el destino del mundo en los pr¨®ximos a?os. Sin embargo, el complejo sistema electoral determina que las batallas actuales tengan una relaci¨®n lejana con lo que ser¨¢ la pol¨ªtica del futuro hu¨¦sped de la Casa Blanca. Los candidatos pelean ahora ante sus afiliados o simpatizantes. No van provistos de un programa que convenza a los electores de que cada uno de ellos es el mejor para EE UU. Disponen de aparatos publicitarios que les preparan, en cada sitio, los discursos m¨¢s apropiados para ganar los votos.

Por eso cuentan factores personales, de imagen, de gesto: dar la sensaci¨®n de que se tiene madera de presidente. M¨¢s que confrontaciones entre tesis pol¨ªticas, es una gran feria para ganar votos. O, m¨¢s bien, muchas ferias. Cada candidato adapta sus posiciones, cambia su estilo cuando pasa de un Estado a otro; incluso seg¨²n las ciudades o las regiones.

El momento clave lo marcar¨¢n las convenciones de los partidos el verano pr¨®ximo, y luego la confrontaci¨®n de los dos candidatos que resulten elegidos: cada uno tendr¨¢ que exponer entonces ante el pa¨ªs su programa para la presidencia. Los europeos podr¨ªamos sentirnos sumamente preocupados hoy ante los extremismos en los que incurren casi todos los candidatos. Pero todo ello es poco indicativo de la futura pol¨ªtica norteamericana. Sobre ¨¦sta se empezar¨¢ a discutir en serio s¨®lo dentro de varios meses.