Airbus negocia con los constructores norteamericanos la coproducci¨®n del avi¨®n europeo
Preocupado por la ca¨ªda del d¨®lar y criticado por la Administraci¨®n norteamericana a causa de las subvenciones que recibe, el consorcio, aeron¨¢utico europeo Airbus negocia actualmente acuerdos de cooperaci¨®n que le permitan fabricar en EE UU. Frente a lo que considera una aut¨¦ntica "operaci¨®n de desestabilizaci¨®n de la industria aeron¨¢utica europea", el presidente de Airbus, el franc¨¦s Jean Pierson, ha confirmado ante una delegaci¨®n del Parlamento Europeo que manten¨ªa conversaciones con los constructores Lockheed y McDonnell Douglas.
Los ministros de Comercio e Industria de los cuatro pa¨ªses que integran el consorcio -A¨¦rospatiale, de Francia (37,9%); MBB, de la RFA (37,9%);British Aerospace (20%), y CASA, de Espa?a (4,2%)- se reunir¨¢n ma?ana, martes, en Par¨ªs, para dar su visto bueno a los contactos emprendidos por Pierson y estudiar de paso un cambio del estatuto jur¨ªdico de Airbus que facilite un eventual acuerdo con sus rivales.El a?o pasado ha sido para el consorcio europeo el mejor desde su fundaci¨®n, con unas ventas o compromisos de compra de 327 aparatos por un importe de 2,28 billones de pesetas, y el total de pedidos alcanza ya los 1.098 aviones, algunos de los cuales son todav¨ªa meros proyectos y no ser¨¢n entregados hasta el a?o 2000. Airbus ha conquistado la cuarta parte del mercado de la aviaci¨®n civil occidental.
M¨¢s a¨²n que de estas cifras globales, los directivos de Airbus se enorgullecen de su penetraci¨®n en EE UU, que representa la mitad del mercado mundial, donde han logrado colocar m¨¢s de 200 aparatos entre las principales compa?¨ªas a¨¦reas, con la excepci¨®n de Delta, TWA y United. El 40% de las peticiones de compra del modelo A-320, que har¨¢ en marzo sus primeros vuelos regulares, emana, por ejemplo, del otro lado del Atl¨¢ntico, y, en opini¨®n de Pierson, "estos resultados explican su reacci¨®n".
M¨¢s disciplina
El responsable norteamericano para el comercio exterior, Clayton Yeutter, parece empe?ado en acabar con los anticipos gubernamentales a devolver con los que los cuatro pa¨ªses del consorcio financian, en parte, Airbus, y a finales de enero present¨® ante el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) una nueva propuesta para conseguir "una mayor disciplina en las subvenciones".La Administraci¨®n norteamericana asegura que, en los ¨²ltimos 10 a?os, Airbus, que no presenta una contabilidad global, ha recibido ayudas por un monto de m¨¢s de dos billones de pesetas para poder vender aviones a un precio de hasta 1.100 millones de pesetas inferior a su coste real, y amenaza con decretar un embargo, instaurar un r¨¦gimen de cuotas o, m¨¢s probablemente, imponer aranceles sobre los aparatos importados en EE UU.
Airbus, seg¨²n Pierson, formular¨ªa en ese caso una queja ante la Comisi¨®n Europea de la CE, "para que los doce levanten tambi¨¦n barreras aduaneras, y EE UU tendr¨ªa entonces mucho m¨¢s que perder". Pero por de pronto Bruselas debe adoptar una "estrategia negociadora mucho m¨¢s en¨¦rgica frente a Washington para obligarle a poner las cartas boca arriba".
Desde que se iniciaron las hostilidades, el presidente del consorcio envi¨® a EE UU a un equipo para averiguar las ayudas, bajo forma de convenios de investigaci¨®n o de proyectos militares con aplicaciones civiles, otorgadas a la industria aeron¨¢utica norteamericana, y sus emisarios regresaron con una lista de 60.000 contratos por m¨¢s de dos billones de pesetas, seg¨²n Airbus; 1,8 billones, seg¨²n fuentes independientes.
?ste ser¨¢ el principal argumento defensivo empleado por los representantes de los pa¨ªses miembros del consorcio y el comisario europeo Willy de Clercq cuando, a mediados de marzo, se re¨²nan al borde del lago de Constanza (RFA) con su hom¨®logo norteamericano, Yeutter.
Acuerdo comercial
"Un buen acuerdo de cooperaci¨®n es, sin embargo, preferible a una guerra comercial con consecuencias catastr¨®ficas", resalta Dominique Baudis, alcalde de Toulouse y diputado del Parlamento Europeo. De ah¨ª que Pierson explore desde hace alg¨²n tiempo las posibilidades de colaboraci¨®n de Airbus con la industria norteamericana para reducir los costes de fabricaci¨®n y apaciguar las cr¨ªticas de Yeutter.Airbus no busca del otro lado del Atl¨¢ntico a un subcontratista, sino a un socio cuyos productos no compitan adem¨¢s con los suyos. Por eso pens¨® primero en asociarse con Lockheed para construir en su planta de Marietta una versi¨®n ampliada del A-320, que podr¨ªa tener 180 plazas, pero la firma georgiana opt¨® hace a?os por dedicarse ¨²nicamente a la aviaci¨®n militar, y existe, seg¨²n Pierson, "a nivel del consejo de administraci¨®n un bloqueo psicol¨®gico en dar marcha atr¨¢s".
Sin interrumpir sus contactos con Lockheed, Airbus entabl¨® paralelamente conversaciones con McDonnell Douglas, sobre la posibilidad de construir un avi¨®n en el segmento de los 100 a 200 pasajeros, "algo dif¨ªcil porque competir¨ªa con los productos de ambos", seg¨²n Pierson, o de lanzar conjuntamente el rival del nuevo Boeing 747, "lo que ninguno de los dos podemos hacer solos", recalca el presidente del consorcio. "El problema es saber si podemos estar asociados para coproducir un modelo y enfrentarnos para vender los dem¨¢s". "De aqu¨ª a finales de a?o se ver¨¢ en qu¨¦ direcci¨®n nos orientamos", concluye Pierson.
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