Un vac¨ªo legal permite a una chica jugar en un equipo masculino de hockey
Rosa Mari Castells consigui¨® la licencia federativa sin impedimento
La joven Rosa Mari Castells, de 16 a?os y natural de Bell-lloc (Segri¨¤), se ha convertido en la pirimera mujer espa?ola en obtener la licencia federativa para disputar encuentros de hockey sobre patines formando parte del equipo juvenil masculino de su localidad. Un vac¨ªo legal permiti¨® que, coincidiendo con su cumplea?os, Rosa Mari debutase ante su afici¨®n en un partido de competici¨®n oficial. El Bell-lloc, su equipo, venci¨® al Valls por 18 goles a tres, y ella contribuy¨® a la victoria con un gol.
Contrariamente a lo que uno pueda pensar, su presencia en la pista no fue acogida por los aficionados locales con el morbo propio de ver en acci¨®n a una chica jugando en un equipo formado por chicos, sino con mucha naturalidad y como si su alineaci¨®n en el equipo juvenil masculino fuera algo habitual de cada domingo. Sin saberlo, esta joven de Bell-lloc, localidad de unos 2.200 habitantes, ha escrito un cap¨ªtulo de la historia del hockey espa?ol, un deporte que no admite mujeres en sus competiciones oficiales, aunque ning¨²n reglamento contempla tal prohibici¨®n."No encuentro correcto", afirma un federativo, "que una mujer practique este deporte duro con chicos, pues lo considero peligroso". Rosa Mari (1,63 metros y 50 kilos), ha conseguido lo que quer¨ªa: jugar en el mismo equipo que su hermano Jordi.
El mismo vestuario
La pregunta sobre si utiliza el mismo vestuario que los chicos para equiparse le coge por sorpresa y contesta intuitivamente y con timidez: "Vengo cambiada de casa y aqu¨ª -refiri¨¦ndose al vestuario- s¨®lo me quito el ch¨¢ndal y me pongo los patines". A continuaci¨®n, ante la insistencia del periodista y por exigencia de los compa?eros, rectifica."La verdad es que me cambio de ropa en el mismo vestuario que ellos", confiesa.Sus compa?eros la miman y le gastan alguna broma, aunque nunca sin llegar a pasarse.
En el vestuario se respira un ambiente de normalidad y nadie ser¨ªa capaz de percibir en medio de aquel bosque de piernas, ruedas y sticks el l¨®gico nerviosismo que en otras circunstancias podr¨ªa provocar la presencia de una chica entre tanto adolescente masculino. "Se cambia aqu¨ª y no pasa nada", dice uno de los integrantes del equipo. "Lo tenemos muy asumido", opina otro.
A Rosa Mari no le preocupa si alguien a¨²n la mira de reojo mientras se cambia de ropa. "?Como no lo hagan los del equipo contrario!", dice.
Fuera del vestuario es otra historia. ?Qu¨¦ ocurre en la pista? "Cuando salgo a jugar", explica, "s¨¦ que todo el mundo me mira y est¨¢ pendiente de lo que hago. Eso me pone un poco nerviosa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.