El temor al sitio

Los gibraltare?os, pese al entusiasmo econ¨®mico que ha despertado la apertura de la verja, no se les olvida el bloqueo a que fue sometido el Pe?¨®n durante 13 a?os. Para los m¨¢s moderados ello provoc¨® un alejamiento cultural, patente en las generaciones que salieron de aquellos a?os, y para los m¨¢s radicales fue un nuevo sitio, aunque mora) y no militar. En Gibraltar existe desde entonces un temor hacia, lo espa?ol y, por ende, a cualquier arreglo combinado con Londres.La amalgama que constituye hoy la poblaci¨®n gibraltare?a-hebreos e hind¨²es por un lado y oriundos de espa?oles, malteses, italianos, portugueses y brit¨¢nicos por otro- piensa que Espa?a ha sido hist¨®ricamente siempre el agresor. Para ellos el ¨²ltimo sitio no termin¨® en 1782 sino el 15 de diciembre de 1982, -fecha en que se abri¨® peatonalmente el paso al Pe?¨®n.

Bossano supone para la mayor¨ªa de los gibraltare?os -que no son los grandes beneficiarios econ¨®micos de la apertura- el concepto del nuevo Gibraltar, o, tal vez, la voz que representa el llamado sentimiento llanito. Algo as¨ª como no ser ni espa?ol ni ingl¨¦s, pero s¨ª due?o de una patria, aunque ¨¦sta la constituyan menos de seis kil¨®metros cuadrados. En esa teor¨ªa, mezclada con el socialismo, ha basado Bossano su reciente campa?a electoral y tambi¨¦n su ¨¦xito en las urnas.

Bossano, para un importante sector de la poblaci¨®n que le ha votado, representa no s¨®lo un programa socialista sino un cambio que se ven¨ªa esperando desde a?os.