Una concubina

Contesto al se?or Borrell, secretario de Estado de Hacienda, y a todos aquellos que consideran un agravio comparativo y una injusticia el hecho de que las declaraciones sobre la renta resulten m¨¢s gravosas para los matrimonios que para las parejas no institucionalizadas o concubinatos.En siete a?os de convivencia libre, en la que uno de los miembros de la pareja carec¨ªa de trabajo, no hemos tenido derecho a la desgravaci¨®n por c¨®nyuge; no existe el derecho a cobrar la pensi¨®n en caso de fallecimiento, y en cambio se pierde la del c¨®nyuge fallecido si el viudo/a, decide convivir con otra persona; hasta hace muy poco no hab¨ªa derecho a la Seguridad Social para el conviviente sin trabajo; tener las propiedades del otro en caso de fallecimiento ser¨ªa perderlas en Hacienda (no hay parentesco alguno, claro); adem¨¢s, el propietario de un piso alquilado no puede solicitarlo en caso de que un hijo vaya a convivir con su pareja; no se pueden obtener cr¨¦ditos para pisos o ciertas ayudas oficiales si no es por boda; no se accede a los descuentos por familia; como funcionaria que soy, no puedo aprovechar los beneficios de acci¨®n social para m¨ª y mi concubino (viajes, alquiler de apartamentos, etc¨¦tera) que la Administraci¨®n p¨²blica otorga a sus trabajadores, por no estar casada. ?stos no son m¨¢s que unos cuantos ejemplos de agravios.

Algunos otros beneficios reconocidos a los matrimonios s¨®lo se consiguen a trav¨¦s de penosos procedimientos judiciales. Por todo ello, lo que quiero se?alar es que estoy totalmente de acuerdo en igualar las situaciones y suprimir la injusticia que existe actualmente.- Mar¨ªa Jos¨¦ Ortiz.