El 'zulo' imaginario y la tortura

El caso Zabalza, archivado ayer, dos a?os y medio despu¨¦s de la apertura de las primeras diligencias, ha permanecido durante este tiempo bajo la sospecha de buena parte de la opini¨®n p¨²blica vasca.La confusi¨®n, las dudas, la pol¨¦mica han estado sujetas a dos hip¨®tesis subyacentes nunca explicitadas en la investigaci¨®n judicial. La que supone que Mikel Zabalza invent¨® la existencia de un zulo -dep¨®sito de armas- en Endarlaza porque conoc¨ªa las posibilidades que el lugar y el terreno le ofrec¨ªan para huir de los guardias civiles que le hab¨ªan detenido como sospechoso de colaborar con ETA y la que cree ver en esa muerte la resultante m¨¢s tr¨¢gica de sus sospechas sobre torturas a los detenidos.

La ¨²ltima de estas hip¨®tesis gan¨® cuerpo y se instal¨® en la conciencia de muchos ciudadanos alentada por la incomunicaci¨®n que ha caracterizado la situaci¨®n de los detenidos sometidos a la legislaci¨®n antiterrorista.

El juez que acaba de archivar las diligencias suscribe en su resoluci¨®n la censura consignada por los delegados del Defensor del Pueblo por el hecho de que Mikel Zabalza no cont¨® con asistencia de un abogado que le mostrara sus derechos y asistiera a su declaraci¨®n. Dice m¨¢s: se felicita de que esa legislaci¨®n de emergencia se encuentre en trance de desaparici¨®n y habla "del sarcasmo que conlleva el que una ley excepcional capaz de normalizar el abuso prevea tan vagamente la represi¨®n de los abusos que se pueden producir con su aplicaci¨®n".

En el cuartel donostiarra de Intxaurrondo, como constata tambi¨¦n el juez, no hab¨ªa adem¨¢s un registro de comunicaciones telef¨®nicas que permitiera acreditar lo que ocurri¨® el 26 de noviembre de 1985 con un detenido que desapareci¨® cuatro horas m¨¢s tarde de ser arrestado y que muri¨® ahogado con las manos esposadas.