Argucias de la industria estadounidense
La pel¨ªcula No hay salida, de Roger Donaldson, marca las distancias de la actual producci¨®n cinematogr¨¢fica de Hollywood con su ¨¦poca cl¨¢sica, asimilando' sus ense?anzas en b¨²squeda de la comercialidad. Si antes exist¨ªan, definidas y diferenciadas, pel¨ªculas de esp¨ªas, de amor o de suspense, y el thriller gozaba de entidad propia, ahora pueden aparecer todos los g¨¦neros citados combinados en un ¨²nico producto f¨ªlmico, como si se tratara de un polivalente complejo vitam¨ªnico apto para paliar las de bilidades del propio sistema.Tal es el caso del presente t¨ªtulo, donde el protagonista, un oficial de marina que act¨²a como enlace (le la Agencia Central de Inteligencia (CIA), se enredar¨¢ en un embrollo pol¨ªtico, al tiempo que tratar¨¢ de vengar la muerte de su amante, sin descuidar su condici¨®n de topo.
No hay salida
Direcci¨®n: Roger Donaldson.Gui¨®n: Robert Garland, basado en la novela The big clock, de Kenneth Fearing. Fotograf¨ªa: John Alcott. M¨²sica: Maurice Jarre. Producci¨®n: Laura Ziskin y Robert Garland. EE UU, 1987. Int¨¦rpretes: Kevin Costner, Gene Hacianan, Sean Young, Will Patton, George Dzundza, Iman, Howard Dufly Jason Bernard. Estreno en Madrid: cines Capitol, Carton y Luchana.
El director australiano afincado en California Roger Donaldson, responsable de la tercera versi¨®n del mot¨ªn de la Bounty (que nada aport¨® a las anteriores de Frank Lloyd y Lewis Milestone), envuelve lujosamente su realizaci¨®n con una s¨®lida t¨¦cnica made in Hollywood, donde la banda musical de Maurice Jarre y las voces de Julia Migenes Johnson, Paul Anka y Rod Stewart intentan predisponer favorablemente al espectador, cual hilo musical de grandes almacenes.
M¨ªtica aureola
Factor destacable es la fotograf¨ªa de John Alcott -fallecido poco despu¨¦s de finalizar el rodaje-, habitual colaborador de Kubrick y poseedor de una m¨ªtica aureola desde su intervenci¨®n en Barry Lindon, que en esta ocasi¨®n utiliz¨® una c¨¢mara que permite exponer la parte de negativo ocupado normalmente por la banda de sonido de la pel¨ªcula, a fin de mejorar la imagen, aun despu¨¦s de su reducci¨®n al formato tradicional. El trabajo de Alcott, el de los actores y el f¨¢ncional ritmo impuesto son cualidades apreciables de No hay salida, filme que, en otra demostraci¨®n del ritmo de, los tiempos actuales, hace protagonistas a los computadores como medios imprescindibles para desvelar importantes enigmas de la intriga. Y as¨ª, burla burlando, con el aderezo de la corrupci¨®n pol¨ªtica, la falsa situaci¨®n de la trama planteada consigue entretener, acumulando argucias, a lo largo de casi dos horas, aunque a su finalizaci¨®n nos sintamos manipulados.
Babelia
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