Agn¨¨s Varda estrena dos pel¨ªculas en torno a Jane Birkin
La cineasta belga sigue interesada en desdibujar daguerrotipos de mujeres
Quiz¨¢ sea la contraposici¨®n de dos mundos distintos y la predilecci¨®n por individuos marginales desde un prisma de "documental subjetivo" lo que m¨¢s la caracterice. A esto habr¨ªa que a?adir su "mirada de mujer", que desdibuja daguerrotipos de otras mujeres en Cleo de 5 a 7; La una canta, la otra no; Sin techo ni ley... En Jane B., por Agn¨¨s V. ha interpuesto el f¨ªsico escueto y la expresi¨®n espont¨¢nea de Jane Birkin para hablar de s¨ª misma. Se trata de un retrato de la actriz inglesa en el que intervienen sketchs basILdos en asociaciones de ideas. En su otro filme Kung-fu master, la misma J. B. se enamora desquiciadamente de un muchacho de 15 a?os. El papel del chico lo interpreta el propio hijo de Ang¨¨s V., que parece ha ber trasladado su fantasma de incesto a la pantalla.Pregunta. ?ltimamente est¨¢ muy de moda la autobiograf¨ªa En su caso ha sabido trasladarla a la t¨¦cnica del retrato. Ha utilizado el rostro de una actriz para hablar de s¨ª misma. De ah¨ª el t¨ªtulo Jane B. por Agn¨¨s V., que podr¨ªa ser invertido. ?Qu¨¦ motivos le indujeron a elegir a Jane?
Respuesta. Para m¨ª, la historia de un retrato no se queda en la evocaci¨®n de los personajes. Es tambi¨¦n un modo de acercarse al que lo ha pintado y a todo lo que le rodea. De hecho, he situado el retrato de Jane en mi propio laberinto. Ha habido, intrusi¨®n de mi mundo en el propio relato. Pens¨¦ que Jane se prestar¨ªa a ese juego, me parec¨ªa ideal para eso, porque era muy flexible, muy adaptable. De modo que puse en escena dos tendencias suyas: por una parte, nos cuenta su vida, nos hace part¨ªcipes de episodios, an¨¦cdotas, ideas; por otra, est¨¢ claro que no hab¨ªa tenido los papeles que se merec¨ªa. Se me ocurri¨® combinar minientrevistas a Jane con trozos de pel¨ªculas que no hab¨ªan sido rodadas... Hab¨ªa que encontrar una forma en el cine que permitiera conjugar los dos aspectos; era necesario inventar el g¨¦nero del retrato. Los retratos aut¨¦nticos suelen ser de tipo imaginario. Hab¨ªa que rescatar algo de la verdadera Jane mientras estaba actuando / representando, y a la vez hab¨ªa que proyectarla en ficciones que la delatar¨ªan m¨¢s que la propia entrevista. Para eso ha introducido una proyecci¨®n m¨ªa. La he ubicado en cuadros de la Escuela de Fontainebleau... Le he tributado tambi¨¦n un homenaje al retrato cl¨¢sico, a la Maja vestida, a la Maja desnuda, a la Venus de Urbino, etc¨¦tera. ?Se puede concebir algo equivalente en el cine? El ojo-c¨¢mara de una cineasta bosqueja a una mujer actriz que est¨¢ ah¨ª, con su realidad a cuestas.
P. Pese a las apariencias, su pel¨ªcula est¨¢ muy construida. Hay un paralelismo entre el contenido y la forma: la b¨²squeda de identidad, el hilo de Ariadna en el laberinto...
R. S¨ª, la b¨²squeda err¨®nea, pero no de la identidad del otro, sino de la identidad del pintor... Un d¨ªa, alguien me dijo: "?Qu¨¦ le encuentras a la Birkin? F¨ªjate, lleva viviendo 20 a?os en Francia y todav¨ªa no ha perdido su acento...". Le contest¨¦: su acento es muy bonito, me recuerda a Stan Laurel con un falso acento ingl¨¦s. De modo que ten¨ªamos una proyecci¨®n a suya: anglosajona, delgaducha, quej¨¢ndose siempre de que no se la quiere lo suficiente, porque ¨¦se es su temperamento, y est a su lado el gordo Oliver Hardy, empuj¨¢ndola... Eso me sirvi¨® para poner en escena la met¨¢fora del artista que est¨¢ dudando de su propio talento y me dio la idea de un sketch. En el fondo se trataba de reconstituir una especie de rompecabezas. Vivimos en un mundo bastante ca¨®tico, en el que pueden intervenir circunstancias muy distintas. En el caso de Jane hay una yuxtaposici¨®n ca¨®tica de identidades m¨²ltiples: la imagen que la gente se hace de ella, sus aspiraciones personales, su vida de familia.
P. ?C¨®mo se le ocurri¨® realizar una segunda pel¨ªcula con la misma actriz?
R. Un d¨ªa Jane me present¨® ocho fallos que hab¨ªa escrito; era la historia de una mujer de 40 a?os que se enamora de un chico de 15. Yo le a?ad¨ª a ese gui¨®n la circunstancia de que el ni?o est¨¢ loco por un juego de v¨ªdeo. De esa conjunci¨®n naci¨® Kung-fu master, que me meti¨® de lleno en el mundo de los adolescentes de hoy.
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