Pol¨¦mica sobre la autenticidad de los tronos griegos de Roma y Boston
La llaman ya la guerra de los tronos. Se refieren a la pol¨¦mica en curso sobre la veracidad o falsedad de las c¨¦lebres obras de arte griego El trono de Ludovisi, conservado en el Museo Nacional de Roma, y El trono de Boston, muy parecido al primero, que se conserva en el Museo de Boston y se ha pensado siempre que pertenece tambi¨¦n al siglo V antes de Cristo.
Si d¨ªas atr¨¢s el famoso cr¨ªtico de arte Federico Zeri hab¨ªa lanzado la acusaci¨®n, a trav¨¦s de la televisi¨®n, de que El trono de Ludovisi conservado en Roma es falso y que pronto saldr¨¢ un libro con las pruebas, ahora ha sido la arque¨®loga, no menos famosa que Zeri, Margherita Guarducci quien acaba de publicar en el Bolletino d'Arte, editado por el Poligr¨¢fico del Estado, un art¨ªculo de 14 folios con el que intenta demostrar, pruebas en la mano, que el verdaderamente falso es El trono de Boston, mientras que el romano de Ludovisi es el aut¨¦ntico.En este punto, no pocos, como hizo ayer Viviano Domenici en el diario italiano Il Corriere della Sera, se preguntan c¨®mo se explica que Zeri, en v¨ªsperas de esta publicaci¨®n importante, se hubiese precipitado con la resonancia de la televisi¨®n a declarar que es falsa la obra conservada en este pa¨ªs. Y la sospecha es que haya podido ser "manipulado" de alg¨²n modo por los americanos.
Zeri responde, sin embargo, que la falsedad de la obra del Museo Nacional de Roma la hab¨ªa anunciado varias veces en la prensa escrita" sin que hubiese tenido resonancia, y que s¨®lo cuando ha hablado a trav¨¦s de la peque?a pantalla se ha armado el revuelo. Y a?ade que precisamente hab¨ªa sido siempre ¨¦l quien hab¨ªa ya denunciado hace a?os que "tambi¨¦n" la obra conservada en el Museo de Boston era falsa.
Frustraci¨®n americana
Seg¨²n la arque¨®loga italiana, que ahora presenta las pruebas contra la autenticidad de la obra americana, la obra de Boston fue creada hacia 1893 para satisfacer la frustraci¨®n de los americanos, que no hab¨ªan podido adquirir las obras de la colecci¨®n Ludovisi. Comprobada tal insatisfacci¨®n, los fals¨ªficadores se dieron prisa en fabricar la obra que apareci¨® en la tienda de antignedades de Jandolo, en V¨ªa Margutta de Roma.Aparecen entonces en la escena cuatro personajes: Friedric Hauser, Paul Hartwig y los inseparables Wolfgang Helbig y Francesco Martinetti, estos ¨²ltimos famosos animadores del mercado de falsificaciones arqueol¨®gicas, entre ellos la celebre Fibula prenestina, cuya falsedad descubri¨® precisamente la arque¨®loga Guarducci, que ahora publica las pruebas contra El trono de Boston. Seg¨²n ella, el 1 de octubre de 1894 Martinetti compr¨® el trono por 27.000 liras, que hoy corresponder¨ªan a 10 millones de pesetas. Dos d¨ªas despu¨¦s, la obra fue ofrecida a Carl Jacobson, propietario de un museo de Copenhague. Pero el negocio no prosper¨®, y a primeros de 1895 la obra fue ofrecida al Museo de Boston. Los americanos se precipitan en Roma para ver la obra. Tienen a¨²n esperanzas de llevarse El trono de Ludovisi. Las negociaciones duran meses. Mientras tanto muere Martinetti y le sucede su hermano ?ngel. Por fin, el 26 de enero de 1896 se firma la venta: 165.000 ?iras, unos 64 millones de pesetas de hoy.
En ese precio est¨¢n incluidas 30.000 ?iras de soborno para corromper a un aduanero italiano. En el contrato figuraba una cl¨¢usula: que la obra deb¨ªa permanecer durante alg¨²n tiempo escon dida. La obra falsa viaj¨® a Gran Breta?a, donde fue escondida en un castillo propiedad de uno de los emisarios del Museo de Boston. All¨ª permaneci¨® 12 a?os y fue limpiada a fondo, y por fin en 1908 desembarca en el Museo de Boston, donde el a?o siguiente fue expuesta al p¨²blico y donde desde entonces ha sido admirada por millones de personas como si se tratase de una obra griega del siglo V antes de Cristo.
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