La lucha por la supervivencia
Antoni Guti¨¦rrez D¨ªaz, ex secretario general del PSUC y cabeza de lista de su partido en las anteriores elecciones auton¨®micas, valoraba como positivos los resultados cosechados en 1984, pese a haber perdido 19 de sus 25 esca?os, porque marcaban "el inicio de la recuperaci¨®n", tras el desastre de 1982. A lo largo de estos cuatro a?os, el PSUC ha abandonado la UVI pero sigue entrar en una fase de recuperaci¨®n que le permita olvidar la angustia de un fatal desenlace.
En 1986, Rafael Rib¨® hered¨® de Guti¨¦rrez D¨ªaz un partido mermado de cuadros y bases pero donde el ruido de sables hab¨ªa amainado. De la mano de Rib¨®, el PSUC, ha cambiado en buena medida su imagen tradicional de partido comunista y ha acentuado al m¨¢ximo su discurso nacionalista, relegando a un segundo plano la componente social o sindical.
El inicio de la campa?a que ha llevado al candidato de IC a f¨¢bricas y barrios populares donde sigue estando buena parte del voto comunista, ha mostrado a Rib¨® que sus bases siguen m¨¢s preocupadas por problemas socioecon¨®micos y por la unidad cominista que por crear un nuevo proyecto de izquierdas con socios extra?os.
El nuevo secretario general, que no se hab¨ªa manchado las manos en la guerra fraticida de 1980, pudo iniciar tambi¨¦n el reencuentro con los hermanos separados del PCC. Fruto de la doble operaci¨®n fue la constituci¨®n de Iniciativa per Catalunya.
La denuncia de la connivenc¨ªa entre CiU y PSC en las Cortes al apoyar conjuntamente leyes como la de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o sobre el modelo de financiaci¨®n auton¨®mica, ha sido uno de los ejes de su pol¨ªtica especialmente centrada en diferenciarse de socialistas y convergentes en un intento de evitar que el bipartidismo termine por imponerse en Catalu?a. Por otra parte, hablar de un solo discurso pol¨ªtico de IC es, como m¨ªnimo, arriesgado. Las tres fuerzas que la integran se necesitan pero siguen observ¨¢ndose con reticencia.
Las dudas de ERC
El proyecto de izquierda nacionalista que aspira a articular IC sigue siendo insuficiente con las fuerzas actuales. Rib¨® ha tratado sin ¨¦xito de acercarse a ERC desde que el hist¨®rico partido decidi¨® cruzar su Rubic¨®n, cambiar de secretario general y abandonar el Gobierno de coalici¨®n con CiU, en un intento de no ser definitivamente f¨¢gocitado por Converg¨¦ncia.
ERC, que en 1980 contribuy¨® con sus votos a que Pujol llegara a la Generalitat, fue la primera v¨ªctima de su decisi¨®n. En siete a?os ha perdido m¨¢s de la mitad de sus parlamentarios, la representaci¨®n en el Ayuntamiento de Barcelona, el ¨²nico diputado que ten¨ªa en Madrid, y a una parte de sus cuadros que se han pasado a CDC. La crisis y la duda del modelo de partido a reconstruir han hecho que liberales, socialdem¨®cratas y recientemente los nacionalistas radicales procedentes de la Crida mantengan a¨²n una dura pugna por hacerse con el control de las siglas hist¨®ricas.
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