Respeto al p¨²blico

El art¨ªculo 58 del reglamento taurino dice que el presidente acordar¨¢ si procede o no suspender el espect¨¢culo [por lluvia], atendiendo a la mayor¨ªa de criterio expuesto por los espadas. Est¨¢ claro, por tanto, que la responsabilidad de la suspensi¨®n de ayer es el presidente.

Otra cosa es que fuera promovida por los diestros, principalmente Manzanares, a quien esperaba en chiqueros un toro de 635 kilos. Pero nadie deber¨ªa extra?arse de esta actitud absolutamente antitorera de una figura a quien sus aduladores llevan a?os dici¨¦ndole p¨²blicamente que desde?e a todo aficionado que censure su forma de torear.

A¨²n no hace demasiados a?os, ni se le ocurr¨ªa a un torero saludar bajo una divisi¨®n de opiniones, como suele hacer Manzanares; al toro protestado lo pasaportaba r¨¢pidamente; si alguien le voceaba alg¨²n defecto, lo correg¨ªa en el acto. El respeto al p¨²blico era norma que no se transgred¨ªa jam¨¢s.

Ahora exigen los taurinos y quienes les sirven de caja de resonancias que sea el p¨²blico el que respete a los toreros (es decir, que se calle) cuando el torero acent¨²a el defecto que le denuncia, pega cien pases al toro protestado, planta cara a quienes pitan.

Un matador de nueva hornada se permiti¨® no hace ni tres d¨ªas darle ostensiblemente la espalda a un bloque de aficionados -los del tendido siete-, porque estaba disconforme con su actuaci¨®n, y le alabaron la groser¨ªa. Estos son los precedentes de que ayer ocurriera lo que ocurri¨®.