"El p¨²blico estaba muy raro", dice Ortega Cano
El diestro Jos¨¦ Ortega Cano dec¨ªa al terminar su actuaci¨®n que el p¨²blico hab¨ªa estado muy raro toda la tarde y les hab¨ªa hecho pagar a Joselito y a ¨¦l por el esc¨¢ndalo de ayer. "Nosotros no tuvimos culpa de la suspensi¨®n del martes", se?alaba, "y, sin embargo, por la frialdad de los tendidos hacia nosotros y el nulo caso que nos han hecho los espectadores, parec¨ªa que ¨¦ramos los responsables".
Afirmaba encontrarse decepcionado por esta actitud de los tendidos, lo que hab¨ªa influ¨ªdo en que no rindiera a tope en el ruedo: "Cuando te juegas la vida mereces un respeto y atenci¨®n de los espectadores, que a la muerte del toro pueden pronunciarse. Es muy dif¨ªcil ver que est¨¢s toreando bien, o intent¨¢ndolo, y los tendidos se dedican a organizar broncas o a cruzarse insultos".
Calific¨® a la corrida de deslucida en general a excepci¨®n precisamente del toro que le devolvieron al corral, del que se muestra convencido que ten¨ªa mucha clase y podr¨ªa haber organizado un l¨ªo, "si me hubieran hecho caso los aficionados, cosa que dudo", se quejaba. De los que mat¨® opin¨® as¨ª: "El primero se raj¨® y fue muy dif¨ªcil meterlo en la muleta, aunque lo consegu¨ª. Otra tarde le habr¨ªa cortado una oreja, pero no salieron casi pa?uelos. El sobrero de Ord¨®?ez ten¨ªa m¨¢s problemas de los que se pensaban desde arriba; entre eso y el nulo caso que me hac¨ªan me vine abaio".
Moronta no habr¨ªa suspendido
El presidente, Marcelino Moronta, tambi¨¦n hab¨ªa visto al p¨²blico muy extra?o, lo que comprend¨ªa por estar todav¨ªa muy caliente la suspensi¨®n del d¨ªa anterior. Una suspensi¨®n que ¨¦l aseguraba no habr¨ªa llevado a cabo: "La ¨²nica autoridad que puede decidir eso, una vez empezado el festejo, es el presidente y por causas de fuerza mayor. Los diestros s¨®lo deciden si comienzan o no su actuaci¨®n".
Moronta, en presencia de su delegado, Jes¨²s Flores, y del apoderado de Julio Robles, Victoriano Valencia, charl¨® con el torero en el t¨²nel de cuadrillas antes del pase¨ªllo para que examinara el piso del ruedo en ese momento, "porque si empezamos es para continuar la corrida hasta el final, pase lo que pase y con todas las consecuencias", le dijo.
Se encontraba algo enfadado por los insultos que le dirigieron algunos aficionados al negarse a cambiar el tercer toro: "No sali¨® inv¨¢lido, lo que ocurri¨® es que el picador le puso la puya en el brazuelo. Admito que pude equivocarme, lo que no admito bajo ning¨²n concepto es que se dude de mi honradez. Al palco subimos a cumplir con nuestra obligaci¨®n y se sufre mucho para aguantar encima ciertos insultos".
Sin embargo, devolvi¨® el quinto y el sexto que, a¨²n siendo tambi¨¦n inv¨¢lidos, lo parec¨ªan menos. "Yo no lo estim¨¦ as¨ª. Adem¨¢s, no es lo mismo porque si empiezo a cambiar toros desde un principio, he de devolver toda la corrida; una corrida con toros de m¨¢s o menos fuerza, pero no cojos, y que hab¨ªa sido aprobada por los veterinarios".
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