La 'contra' acepta negociar en Managua

La contra accedi¨® finalmente a viajar a Managua para participar en la que se anticipaba como una decisiva ronda de negociaciones con el Gobierno nicarag¨¹ense. El prop¨®sito de esta reuni¨®n, cuyo comienzo estaba previsto para anoche (madrugada de hoy en Espa?a), es conseguir un acuerdo que permita un alto el fuego definitivo en la guerra que sandinistas y rebeldes libran desde hace siete a?os y que ha costado m¨¢s de 50.000 vidas.

La delegaci¨®n de Resistencia Nicarag¨¹ense, presidida en esta ocasi¨®n por Alfredo C¨¦sar -en las tres rondas anteriores lo fue por Adolfo Calero-, e integrada por los dem¨¢s miembros del directorio de la organizaci¨®n, era esperada en Managua anoche. Se le supon¨ªa portadora de un proyecto de acuerdo, seg¨²n se anunci¨® en Washington, que incluye la aceptaci¨®n de entregar las armas el pr¨®ximo mes de septiembre si para esa fecha se han aplicado en Nicaragua la totalidad de las medidas democratizadoras exigidas por Esquipulas 2, incluida la de elecciones libres.La contra ha anunciado tambi¨¦n que acepta la propuesta sandinista de que sea la Fundaci¨®n Panamericana, una asociaci¨®n privada ligada a la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), la que distribuya los 17 millones de d¨®lares de ayuda humanitaria concedidos a RN por el Gobierno de Estados Unidos.

Una ola de optimismo ha sustituido al pesimismo, que, hasta las ¨²ltimas horas, hizo dudar de que la reuni¨®n se llevara a cabo. El diario opositor La Prensa, que suele coincidir en muchos de sus planteamientos con la contra, afirmaba ayer en un editorial que "la paz est¨¢ por venir; la democracia, que por siglos ha estado ausente de Nicaragua, comienza a vislumbrarse".

Este s¨²bito cambio de actitud se produjo en la noche del martes, despu¨¦s de que todos los miembros del directorio de RN se reuniesen en Washington con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y el secretario adjunto para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams. La contra entr¨® a esa reuni¨®n insistiendo en que las conversaciones tendr¨ªan que ser en Sapo¨¢ (en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua) y sali¨® aceptando la sede de Managua.

El hecho de que Shultz encontrase, en v¨ªsperas de su viaje a Finlandia y Mosc¨², un hueco en su agenda para hablar con los dirigentes de RN demuestra el inter¨¦s norteamericano por tener bajo control la marcha de las conversaciones de Managua.

Consejos de EE UU

Salta a la vista que Estados Unidos est¨¢ recomendando a la contra en estos momentos moderaci¨®n y habilidad para no aparecer ante la opini¨®n p¨²blica como los responsables de la ruptura de la actual posibilidad de paz. Yendo rn¨¢s lejos, algunos observadores creen que Ronald Reagan no quiere que Mijail Gorbachov le acuse en su pr¨®xima cumbre de intransigencia con Nicaragua. Y yendo a¨²n m¨¢s lejos, se puede vislumbrar una nueva pol¨ªtica de Estados Unidos hacia este pa¨ªs en la que predomine el ¨¢ngulo pol¨ªtico sobre el militar.

La contra llega a Managua, adem¨¢s, debilitada por las divisiones internas, precariamente resueltas la pasada semana con la confirmaci¨®n de Enrique Berm¨²dez como jefe militar y la derrota de Adolfo Calero, de quien se comenta que incluso podr¨ªa no formar parte de la delegaci¨®n.

El ¨²nico punto d¨¦bil de lo sandinistas es su imperiosa necesidad de llegar a un acuerdo. Acuciado por una situaci¨®n econ¨®mica insostenible y presionado por sus aliados del bloque socialista y por Europa occidental, el Gobierno est¨¢ dispuesto a hacer concesiones importantes.