M¨¦dico y hospital

El art¨ªculo de Salvador Casas G¨²ell en EL PAIS del lunes 16 de mayo me ha causado aut¨¦ntico estupor. No porque diga lo que dice, que es una opini¨®n muy conocida en determinados ¨¢mbitos, sino porque lo hay¨¢is publicado. Parece como si EL PAIS hubiera dejado de ser lo que era, y, con tantas cosas, se haya pasado al campo felipista del mercado libre y los negocios que podr¨ªamos lllamar del coraz¨®n, pero no del coraz¨®n sano y atrayente, sino del coraz¨®n enfermo y m¨¢s o menos infartado: "Que el ciudadano pueda elegir libremente m¨¦dico y hospital" ha sido siempre una ilusi¨®n comprensible, pero que esa elecci¨®n se traduzca una vez m¨¢s en que vuelva a haber como antes hubo siempre una medicina buena para ricos y otra por lo menos no tan buena para los pobres y marginados me parece un aut¨¦ntico disparate. Pero esto es lo que ocurrir¨ªa irremediablemente si se permitiera que, como dice el autor, "la mutua X o Y" se encargase de "ofrecer buenos servicios al ciudadano para que en un mercado libre ¨¦ste opte por aquella inutua" que le apetezca, o sea por la que le ofrezca mejor servicio al precio, c¨®mo no, m¨¢s caro. Lo bueno y caro para los poquitos que puedan pagarlo, y lo malo y barato, o incluso gratuito, para los pobrecitos. Socialismo moderno es esto, como casi todo lo dem¨¢s. - . .