El olvido de los sobres
Llega caminando con paso de domingo, sin prisas, confiado. Le acompa?an su hija Mireia, su esposa Marta y un breve s¨¦quito. "El aire parece m¨¢s limpio cuando hay elecciones", cant¨® Giorgio Gaber hace a?os. Y el aspecto saludable del president confirma la po¨¦tica suposici¨®n cuando se acerca al colegio de la calle Vilamajor.Vota Pujol en un local en que habitualmente se aloja una escuela de dise?o. Y a un dise?o previo, a una partitura cerrada, de la que s¨®lo escapan algunos detalles ad libitum, parecen responder sus gestos, sus pasos, los lugares que visita, incluso la gente que le saluda.
El primer ornamento del aria electoral se produce ante la uma. "Los sobres, ?d¨®nde est¨¢n los sobres?", se exclama el pres¨ªdent, y cuesta no pensar en la Castafiore a la eterna b¨²squeda de sus joyas. Por suerte una Irma convergente y piadosa se encarga de hacer llegar a la primera familia de Catalu?a los pudibundos envoltorios que ocultar¨¢n lo que nadie ignora. A la salida, distendidas declaraciones a los medios informativos.
Cuanto sigue es un d¨²o Marta-Jordi in tempo di minuetto. Tras haberse desayunado en un bar del Paseo de la Bonanova y haber visitado la vecina sede de Converg¨¨ncia, familia y s¨¦quito, escaso ya, se dirigen a una recoleta plaza junto a la iglesia de Sant Vicen?, donde los Artistes de Sarri¨¤ exponen sus obras. No, no se trata de un fragmento de la partitura abandonado a la libre improvisaci¨®n. Marta Ferrusola prometi¨® hace un a?o que un d¨ªa, en compa?¨ªa de su marido, visitar¨ªa la muestra callejera. Ayer cumpli¨® la promesa: el primer acorde de la obertura son¨® a mediod¨ªa.
Variaciones sobre cuadros de una exposici¨®n: los Pujol tienen un comentario amable para cada artista. Se acerca una mujer que conoce al matrimonio, y se produce un acorde levemente disonante cuando el president da por no nacida a la nieta de la se?ora, una ni?a que, a la cuenta, ya circula por su propio pie. Marta Ferrusola se encarga de restablecer la serena tonalidad mayor con un espont¨¢neo "Per¨° Jordi, si ja camina!".
Concluido el periplo art¨ªstico, la melod¨ªa electoral se pierde moment¨¢neamente por un bosque dodecaf¨®nico de ignoto destino. Jordi Pujol enfila decidido Major de Sarri¨¤ arriba, en busca de una calle con viviendas para artesanos recientemente rehabilitadas. Alguien se?ala que dicha calle se encuentra en la direcci¨®n opuesta.
Coda: los Pujol van a misa de una en la parroquia de Sant Vicen?. Comen en casa, m¨¢s tarde seguir¨¢n los resultados electorales en la sede central de Converg¨¨ncia. Cuanto va a ocurrir a partir de hoy no es otra cosa que el da capo de una aria que empez¨® hace ocho a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.