Todas las opciones electorales de Catalu?a pierden votos
Converg¨¨ncia i Uni¨® (CIU) obtuvo el domingo 125.000 sufragios menos que, en las elecciones auton¨®micas de 1984, lo que representa una p¨¦rdida del 9%, mientras los socialistas han retrocedido 72.000 votos, un 8%. Los indicios de infidelidad del voto convergente -una verdadera novedad en Catalu?a- son a¨²n leves en comparaci¨®n con la grave hemorragia de Alianza Popular (AP). La abstenci¨®n y algunos trasvases de votos han provocado la p¨¦rdida de respaldo de todas las opciones que han accedido al Parlament, con la l¨®gica excepci¨®n del Centro Democr¨¢tico y Social (CDS), que no se hab¨ªa presentado en 1984.
El partido presidido por Adolfo Su¨¢rez, al que han votado 102.211 personas, ha obtenido representaci¨®n parlamentaria en una C¨¢mara de la que estaba ausente, lo cual tiene su importancia. Pero se trata de una victoria p¨ªrrica. El CDS, en definitiva, ha consolidado un cierto nivel de voto, pero queda ligeramente por debajo de su propio list¨®n en las legislativas de 1986.A falta de estudios precisos sobre el trasvase de votos, es muy posible que el eslogan centrista, Fes el salt (da el salto), haya funcionado para un cierto voto popular, porque el CDS ha obtenido sus mejores resultados en los distritos de Barcelona con mayor proporci¨®n de obreros e inmigrantes, posiblemente a costa de socialistas y conservadores.
AP, por el contrario, sufre una derrota sin paliativos. Ha perdido 79.000 votos (el 36%) en relaci¨®n con las auton¨®micas anteriores, sin que hayan valido de nada el dinero y el esfuerzo que la direcci¨®n nacional de AP y la organizaci¨®n catalana del partido han invertido, y con los cuales han obtenido 142.239 votos.
La hemorragia electoral de AP resulta impresionante, porque en las legislativas de 1982, bajo el liderazgo de Manuel Fraga, hab¨ªa sobrepasado el medio mill¨®n de votos. Es decir, le han abandona m¨¢s de dos tercios de sus electores. En su caso, adem¨¢s, no se aprecian ¨²ltimamente comportamientos electorales muy diferentes, seg¨²n se trate de elecciones le gislativas, locales o auton¨®micas.
P¨¦rdida de votos comunistas
Los comunistas detienen la crisis electoral que padec¨ªan y se con vierten en la tercera fuerza del Parlamento de Catalu?a, con un total de 206.287 sufragios. Al mismo tiempo, Iniciativa per Catalu?a (IC) no consigue los votos que obtuvieron por separado sus tres partidos: el PSUC, el Partit dels Coriunistes de Catalunya (PCC) y la Entesa dels Nacionalistes d'Esquerra (ENE). IC ha perdido algo m¨¢s de 60.000 sufragios (el 23%) en relaci¨®n con sus resultados de 1984.
Las elecciones del domingo pa sado, en el caso de los comunistas, no pueden interpretarse como una masiva respuesta del electorado a las propuestas de unidad comunista, sino, m¨¢s bien, como la tendencia de ese electorado al voto ¨²til. La operaci¨®n realizada por los comunistas de Catalu?a ha facilitado un sufragio no testimonial, en un sector muy castigado por las sucesivas crisis comunistas de los ¨²ltimos, a?os. ?sta es la principal virtualidad de la apuesta realizada por Rafael Rib¨®, quien no lanz¨® las camparias al vuelo en la noche del domingo y se limit¨® a destacar el hecho de que ha terminado "el retroceso de la izquierda transformadora". El descenso se ha producido incluso en el caso de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Pese a disponer de un diputado m¨¢s en el Parlament, tiene 16.000 sufragios menos que en las auton¨®micas anteriores, es decir, ha perdido el 13% de los votos.
Amplio margen de Pujol
Pese a haber conservado la mayor¨ªa absoluta, la coalici¨®n Converg¨¨ncia i Uni¨®, dirigida por Jordi Pujol, ha perdido el 9% de sus votos. Mantiene un excelente respaldo, cifrado en 1.222.170 sufragios, y gracias al mismo Pujol dispone de un amplio margen de maniobra, por lo que en t¨¦rminos pol¨ªticos la capacidad de CiU pr¨¢cticamente no sufre alteraciones.
Pero no cabe olvidar que Pujol hab¨ªa situado el list¨®n de estos comicios en 1.400.000 sufragios. Por eso, las interpretaciones sobre una victoria menor de lo esperado son m¨¢s bien de car¨¢cter psicol¨®gico. El triunfo de CiU, consolidado en las cuatro provincias catalanas, ha comenzado a sufrir un ligero eclipse: se observan peque?os declives, incluso en zonas de tradicional voto convergente -Gerona, Figueres, Olot, L¨¦rida- y CiU no consigue progresar en el cintur¨®n industrial de Barcelona, donde se hab¨ªa comprometido a fondo con una intensa campa?a. El propio Pujol hab¨ªa participado personalmente en ese intento de penetraci¨®n, con m¨ªtines y recorridos por las calles de varias poblaciones del cintur¨®n.
El ¨¦xito nacionalista permitir¨¢ a Jordi Pujol manos libres para gobernar, porque la izquierda en su conjunto -socialistas y comunistas- incrementa muy ligeramente su fuerza parlamentaria y retrocede en votos. El l¨ªder de Conv¨¨rgencia i Uni¨® sufre un peque?o desgaste, si bien conserva casi intactas las posibilidades de su partido en esta Baviera espa?ola, diferencias ideol¨®gicas al margen. A ello contribuyen la similitud de las p¨¦rdidas de las dos principales opciones -CiU y PSC-, que equilibran de nuevo el mapa pol¨ªtico.
Los socialistas de Catalu?a se llevaron el domingo por la noche una de sus mayores satisfacciones, porque lograron conservar su fuerza parlamentaria e incrementarla en un esca?o, tras unos sondeos previos que les auguraban resultados mucho peores. El desgaste del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez en el conjunto de Espa?a y la dificultad para mover el voto obrero e inmigrante fueron los factores psicol¨®gicos que convirtieron unos resultados discretos casi en una victoria, seg¨²n el ambiente que se vivi¨® en la noche del domingo en la sede del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). Sin embargo, sus resultados (794.413 sufragios) son los m¨¢s ambivalentes de todos. Aparentemente ha ganado respaldo y adem¨¢s lo ha conseguido por sus propios medios, con una campa?a electoral realizada sin participaci¨®n alguna de l¨ªderes estatales y con la ausencia, incluso, del presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez.
Pero estos datos se complementan con otras realidades: el PSC ha registrado uno de los peores resultados de su historia, en cifras de votos. Ha perdido sufragios en la ciudad de Barcelona y no ha conseguido movilizar al cintur¨®n industrial Los socialistas de Catalu?a demuestran fuerza bastante como para defenderse adecuadamente en unas elecciones legislativas, que son las m¨¢s importantes para Gonz¨¢lez, ya que el PSC env¨ªa muchos parlamentarios a las Cortes Espa?olas; pero ese mismo partido parece bloqueado en el intento de progresar, por s¨ª mismo, en el ¨¢mbito de la autonom¨ªa catalana. Los partidos grandes y peque?os de Catalu?a se consideran perjudicados por la abstenci¨®n, aunque la participaci¨®n haya sido todav¨ªa menos elevada en las zonas tradicionales de voto de izquierda. Sea por falta de alternativas pol¨ªticas, o porque un n¨²mero creciente de catalanes se desentiende de la autonom¨ªa, el mapa pol¨ªtico se ha recompuesto sobre la base de s¨®lo un 59,2% de votantes.
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