Defensa rechaza presuntas irregularidades en un contrato que beneficia a Ceselsa

El secretario de Estado de Defensa, Rafael de la Cruz, rechaz¨® ayer en la Comisi¨®n de Defensa del Congreso de los Diputados que se hayan producido "anomal¨ªas" en la adjudicaci¨®n de un programa para el Ej¨¦rcito del Aire que previsiblemente beneficiar¨¢ a la empresa Ceselsa, uno de cuyos consejeros es el ex ministro Joan Maj¨®. En su primera intervenci¨®n en las Cortes como secretario de Estado, De la Cruz rechaz¨® las dudas que al respecto expuso el diputado del CDS Le¨®n Buil.

El programa, identificado con la clave AN88 10, se refiere a la integraci¨®n de avi¨®nica y software operativo del F-18, y en el mismo se invertir¨¢n unos 2.000 millones de pesetas. Para participar en el concurso, las empresas Inisel y Lan presentaron una oferta conjunta frente a otra propuesta por Ceselsa y Entel (esta ¨²ltima, filial de Telef¨®nica). Cuando estaba a punto de finalizar el plazo de presentaci¨®n de ¨²ltimas ofertas, Ceselsa solicit¨® un aplazamiento que le fue concedido por Defensa. Posteriormente, el propio Ministerio de Defensa oblig¨® a Inisel a presentar nuevas condiciones de oferta en un plazo de s¨®lo tres d¨ªas.Para Buil, estos hechos han podido beneficiar a Ceselsa y perjudicar a Inisel, empresa a la que Defensa ya le comunic¨® el pasado mes de marzo que quedaba eliminada del concurso, si bien la decisi¨®n oficial en favor de Ceselsa a¨²n no ha sido adoptada. "Ha sido un concurso normal, absolutamente normal y considerado habitual", asegur¨® De la Cruz.

El secretario de Estado dijo comprender que Inisel se sintiera "agraviada" en alg¨²n momento, pero precis¨® que Defensa hace siempre lo posible por intentar que las empresas mejoren sus ofertas, aun a costa de aplazamientos de fechas. Ante casos de este tipo, Rafael de la Cruz dijo que las empresas perdedoras deben analizar las causas y tienen que "introinspeccionarse" (sic).

En la misma sesi¨®n, el diputado de Izquierda Unida Enrique Curiel present¨® una proposici¨®n no de ley en la que instaba al Gobierno a desmantelar el campo de tiro de las Bardenas Reales (Navarra). Todos los grupos votaron en contra o se abstuvieron. Pero a ra¨ªz de esa proposici¨®n, el diputado navarro de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), Luis F. Medrano present¨® un texto alternativo en el que, b¨¢sicamente, ped¨ªa que Defensa elevara a varios centenares de millones de pesetas los actuales siete millones -"cifra rid¨ªcula", coment¨®- que perciben anualmente las poblaciones afectadas por el pol¨ªgono de tiro.

Ecologistas "asesinos'

Medrano afirm¨® que en esas poblaciones hay "un consentimiento o asentimiento" a la presencia del pol¨ªgono de tiro, porque, si es necesario un campo de tiro, ¨¦ste debe estar en alg¨²n lugar, y en el sur de Navarra est¨¢n dispuestos a asumir ese sacrificio", coment¨®. A?adi¨® que, desde su entrada en funcionamiento hace tres d¨¦cadas, el n¨²mero de afectados por accidentes ha sido m¨ªnimo. "Much¨ªsimos menos que en los encierros de vaquillas de los pueblos de alrededor", dijo.Agreg¨® que el da?o que se hace a la ecolog¨ªa "es m¨ªnimo" y que los aviones no crean " pr¨¢cticamente ning¨²n peligro". Precis¨®, sin embargo, que los ejercicios causan muchas molestias por los ruidos, y como ejemplo, cit¨® que a ¨¦l mismo se le hab¨ªa escapado una perdiz en un d¨ªa de caza por el ruido de un avi¨®n. Para Medrano, a algunos ecologistas que protestan por los ruidos "podr¨ªamos llamarles asesinos", porque se dedican a criar buitres en la zona, que luego pueden chocar contra los aviones, originando la muerte de los pilotos. "No lo han conseguido m¨¢s que una vez", se?al¨®, recordando un accidente en el que hace a?o y medio falleci¨® un piloto americano despu¨¦s de que su avi¨®n chocara contra un buitre.

En otro momento de la sesi¨®n, el subsecretario del Ministerio de Defensa, Gustavo Su¨¢rez Pertierra, insisti¨® repetidamente en que su departamento est¨¢ desarrollando "un modelo progresivo" para la incorporaci¨®n de la mujer a las Fuerzas Armadas, y que ni los militares ni el Gobierno tienen miedo o suspicacia a esa incorporaci¨®n.