Los aliados quieren estimular el cambio en el Este

Los aliados occidentales se preguntaron ayer en Madrid c¨®mo estimular en la Europa del Este un cambio que consideran alentador, aunque los representantes de algunos pa¨ªses advirtieron sobre la necesidad de no bajar la guardia porque la evoluci¨®n del bloque socialista es a¨²n imprevisible. Reunidos por primera vez en Madrid en el marco de un Consejo Atl¨¢ntico, los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN dedicaron la primera jornada a un debate sin conclusiones sobre las sociedades comunistas y las relaciones Este-Oeste.

"No podemos dejar pasar la ocasi¨®n que se nos brinda de favorecer positivamente el proceso de transformaci¨®n en curso en los pa¨ªses del Este, y de cuyo futuro depende, en gran medida, la paz y la estabilidad de Europa", afirm¨® en su discurso el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, antes de afirmar que "la evoluci¨®n de las reformas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y en sus pa¨ªses aliados se presenta como elemento esencial para lograr un mundo m¨¢s seguro".En los ulteriores debates restringidos, el alem¨¢n occidental Hans-Dietrich Genscher fue el primero en recalcar la necesidad de reaccionar de forma constructiva al inter¨¦s manifestado por los pa¨ªses del Este en estrechar lazos con sus vecinos occidentales. Su hom¨®logo brit¨¢nico, Geoffrey Howe, hizo hincapi¨¦ en el reto de alentar el cambio en el resto del Viejo Continente, sin por ello precipitarlo en el caos y evitando ser acusados de desestabilizarlo.

Tanto Genscher como su hom¨®logo franc¨¦s, Roland Dumas, y otros oradores insistieron en que el Este no es un monolito y que las relaciones a desarrollar con cada pa¨ªs deben ser, por consiguiente, diferentes, y algunos abogaron por potenciar sobre todo los lazos bilaterales.

Enfoques diversificados

"A situaciones diversificadas hay que responder con enfoques diversificados", se?al¨® Dumas, antes de abandonar la reuni¨®n para hacer campa?a en su circunscripci¨®n electoral para la segunda vuelta de los comicios legislativos franceses, el pr¨®ximo do mingo.

Hubo tambi¨¦n un cierto consenso entre los ministros para subrayar que la distensi¨®n va m¨¢s all¨¢ del desarme, y, a este prop¨®sito, las 16 delegaciones reconocieron los relativos progresos realizados por el bloque socialista en materia de respeto de los derechos humanos, empezando, dijo Hans-Dietrich Genscher, por la concesi¨®n de visados para que sus ciudadanos emigren. Pero varios jefes de delegaci¨®n se?alaron al r¨¦gimen de Ruman¨ªa, el ¨²nico pa¨ªs donde no se ha producido ning¨²n avance, sino todo lo contrario.

El "est¨ªmulo cr¨ªtico" frente a las reformas emprendidas recientemente en la Europa del Este fue, sin embargo, matizado por el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, quien, aun reconociendo que la l¨ªnea general seguida es correcta, insisti¨® en que era indispensable mantener abiertos "ojos y o¨ªdos" para descubrir a tiempo cualquier paso atr¨¢s en la actual evoluci¨®n, que dista mucho de estar consolidada. George Shultz record¨®, por ejemplo, que no se ha observado hasta el momento ninguna disminuci¨®n del esfuerzo militar de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ni tampoco un amago de desmantelamiento de su aparato policial, y el secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, el brit¨¢nico lord Carrington, abund¨® en el mismo sentido al afirmar en su discurso que "la m¨¢quina militar funciona siempre al mismo ritmo".

Por todo ello est¨¢ justificada, seg¨²n George Shultz, una actitud de "sano escepticismo", y por ello no se "puede entrever", seg¨²n lord Carrington, que pronunci¨® ayer su ¨²ltima alocuci¨®n en un foro de la Alianza Atl¨¢ntica, "ninguna perspectiva razonable de una pr¨®xima reducci¨®n de los medios de defensa ni una disminuci¨®n de las cargas financieras (...)". S¨®lo un ministro europeo, el belga Leo Tindemans, dio la impresi¨®n de dar totalmente la raz¨®n al secretario de Estado cuando sostuvo que ser¨ªan necesarios 20 a?os antes de poder estar seguros de que la perestroika se ha impuesto.

Otros asistentes a la reuni¨®n, como la subsecretaria italiana de Asuntos Exteriores, Susanna Agnelli, se limitaban a observar que "los norteamericanos est¨¢n preocupados porque piensan que en cualquier momento los de enfrente pueden volver a pensarlo y dar marcha atr¨¢s".