El para¨ªso espa?ol
En Espa?a viven unos 80.000 filipinos, la mayor¨ªa de los cuales reside ilegalmente. Esta situaci¨®n les aboca a todo tipo de abusos por parte de sus patronos: salarios inferiores y jornadas mucho m¨¢s largas que las de los espa?oles.La mayor parte trabaja como sirvientes dom¨¦sticos en lujosas mansiones de urbanizaciones madrile?as como La Moraleja y El Plant¨ªo o en chal¨¦s de Pedralbes o La Bonanova, en Barcelona.
Hace un a?o, el Gobierno espa?ol y el filipino negociaron un convenio para incluir en la Seguridad Social a los residentes en Espa?a. Pero los ¨²nicos beneficiarios son los 6.000 que tienen regularizada su situaci¨®n, mientras que el resto quedan excluidos, lo que agrava el estado de explotaci¨®n de estas personas.
Nuestro pa¨ªs se ha convertido para estos filipinos orientales en una especie de para¨ªso. "Ellos mismos dicen", afirma un polic¨ªa de la Secci¨®n de Extranjeros, "que por duras que sean las condiciones de vida en Espa?a, siempre son mejores que las que tienen en su tierra".
Un alto porcentaje de los integrantes de esta colonia de inmigrantes presta servicio como empleados dom¨¦sticos, jardineros o camareros de peque?os restaurantes chinos. La clase acomodada siente gran predilecci¨®n por las doncellas filipinas, hasta tal punto que su presencia supone una especie de toque de distinci¨®n.
Las sirvientas cobran un promedio de 30.000 pesetas al mes, pese a que en ocasiones son obligadas a trabajar desde las 7 de la ma?ana hasta las 12 de la noche. Aunque el salario es bajo, estas mujeres lo consideran envidiable, puesto que tal cantidad s¨®lo se obtiene en Filipinas en profesiones de alta cualificaci¨®n. Muchos de estos trabajadores ahorran lo suficiente para enviar la mitad de sus ganancias a los parientes. El caso de los filipinos es ya cl¨¢sico cuando se habla de inmigraci¨®n ilegal y explotaci¨®n laboral. Pero no es el ¨²nico. Otras veces, los protagonistas han sido los negros que trabajan como braceros en la comarca del Maresme, en Barcelona.
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