Los escritores europeos e hispanohablantes de novela policiaca buscan un g¨¦nero propio
ENVIADA ESPECIAL Escritores europeos hicieron ayer un balance, en la I Semana Negra de Gij¨®n, de la evoluci¨®n del g¨¦nero en sus respectivos pa¨ªses, que contrast¨® con el efectuado el viernes por la tarde por los autores hispanohablantes. Mientras que los representantes de Francia, Italia, la Rep¨²blica Federal de Alemania, el Reino Unido y Suecia analizaron la situaci¨®n actual en sus pa¨ªses, los autores espa?oles, cubanos, argentinos y mexicanos dedicaron la mayor parte del debate a defender, delimitar y, en definitiva, a justificar la existencia del g¨¦nero. Todos coincidieron, no obstante, en que es necesario romper la influencia de la novela negra norteamericana de los a?os treinta y cuarenta y buscar un g¨¦nero propio que responda a la realidad social de sus pa¨ªses.Los escritores brit¨¢nicos Julian Symons y Simon Brett pusieron de manifiesto que la evoluci¨®n de la novela policiaca en su pa¨ªs ha sido muy diferente de la europea y norteamericana. Symons distingui¨® dos etapas: la moda impuesta por Agatha Christie y Dorothy Sayers y la etapa actual, en la que, coexistiendo con la anterior, las novelas tienen un mayor contenido psicol¨®gico y social.
El escritor franc¨¦s Jean-Patrick Manchette, considerado el padre de la corriente francesa neopolar, explic¨® que este movimiento iniciado a principios de los setenta hab¨ªa intentado una ruptura con la influencia norteamericana, aportando, desde posiciones de izquierda, un contenido pol¨ªtico y social de la realidad francesa. Manchette dej¨® de escribir a principios de los ochenta y en los ¨²ltimos a?os manten¨ªa un obstinado silencio que rompe en esta ocasi¨®n. Los escritores policiacos hispanohablantes si guen estando acomplejados por pertenecer a una modal?dad literaria calificada frecuentemente de subg¨¦nero. Por ello dedicaron gran parte del debate a justificar la existencia de la novela negra, que, por otra parte, y seg¨²n dije ron ellos mismos, est¨¢ absoluta mente implantada en Espa?a y en los pa¨ªses latinoamericanos.
Un aspecto muy interesante que se apunt¨® en el debate, aunque no se desarroll¨® suficientemente, es que la mayor¨ªa de los escritores del g¨¦nero se reconoce perteneciente a una misma generaci¨®n, preocupada, a ambos lados del Atl¨¢ntico, por unos problemas comunes: el tratamiento de la realidad social, la b¨²squeda de un lenguaje y unas formas propias, una mayor calidad literaria y un deseo de experimentar.
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