Maravall, arriba y abajo
Los conflictos de la escuela p¨²blica 'quemaron' su buena imagen
Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall anunci¨® ayer a los miembros de su equipo directivo su prop¨®sito de dedicarse intensamente al partido desde las tareas que se le encomienden en la ejecutiva, de la que actualmente es vocal, y desde su esca?o como diputado por Valencia. El ministro saliente asegur¨® a sus colaboradores que las l¨ªneas de la reforma de la ense?anza y de la pol¨ªtica cient¨ªfica por ¨¦l emprendidas cuentan con el decidido apoyo del Gobierno.Maravall reiter¨® su permanente convicci¨®n de que la educaci¨®n es un "poderoso instrumento para mejorar las oportunidades de vida de las gentes menos favorecidas", y manifest¨® que "durante estos casi seis a?os, se aplic¨® a "la tarea de construir un sistema educativo m¨¢s justo y de mayor calidad y a dotar a Espa?a de una pol¨ªtica cient¨ªfica acorde con las necesidades nacionales".
Su relevo por el hasta ahora ministro de Cultura, Javier Solana, se produce en el preciso momento en que el departamento se dispon¨ªa a hacer balance del debate p¨²blico sobre la propuesta de reforma del sistema educativo no universitario formulada por Maravall hace un a?o. Dicha propuesta, a tenor del calendario previsto, habr¨¢ de plasmarse en un proyecto de ley que podr¨ªa llevarse a las Cortes a lo largo del pr¨®ximo a?o. El proyecto pretende una profunda reestructuraci¨®n de las actuales ense?anzas medias (bachillerato y formaci¨®n profesional) y, simult¨¢neamente, la ampliaci¨®n del actual periodo de escolaridad obligatoria hasta los 16 a?os.
Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall fue considerado constantemente como uno de los "hombres fuertes" del primer Gobierno socialista. La dura batalla emprendida por los sectores confesionales de la ense?anza contra la LODE, la primera de sus tres grandes iniciativas legislativas (las otras dos ser¨ªan la LRU y la ley de la Ciencia), no hizo sino reforzar su imagen pol¨ªtica y suscitar las esperanzas de los sectores m¨¢s progresistas de la ense?anza, que vieron en ¨¦l a la persona que podr¨ªa haber hecho realidad la gran hora de la escuela p¨²blica.
Dos preacuerdos distintos
No obstante, han sido dos duros conflictos surgidos en ese ¨¢mbito los que contribuyeron a apagar su estrella. La revuelta de los estudiantes de ense?anzas medias el curso pasado se resolvi¨® con un "preacuerdo" que los l¨ªderes esudiantiles firmaron formalmente. Sin embargo, el preacuerdo con los sindicatos de la ense?anza p¨²blica, que consiguieron paralizar las escuelas e institutos de toda Espa?a durante casi todo el ¨²ltimo trimestre del presente curso, se convirti¨® en papel mojado, y ahora el conflicto de los docentes permanece pendiente para septiembre como una asignatura mal atravesada.Sus colaboradores dicen que no es justo que una huelga, por dura que ¨¦sta haya sido, empa?e una labor no suficientemente ponderada". Subrayan, entre otros aspectos de su pol¨ªtica, "la racionalizaci¨®n de la red de la ense?anza privada subvencionada por el Estado, mediante la incorporaci¨®n de mecanismos de riguroso control de su financiaci¨®n; la sustancial mejora de la pol¨ªtica de becas; la generalizaci¨®n de la gratuidad en el bachillerato p¨²blico; la pol¨ªtica de integraci¨®n escolar de los disminu¨ªdos, la autonom¨ªa de gesti¨®n econ¨®mica de los centros estatales; los programas de educaci¨®n compensatoria, y la mejora, aunque insuficiente, de los salarios del profesorado".
Los sindicatos de la ense?anza p¨²blica acogieron con escepticismo su relevo por Javier Solana y expresaron su esperanza de que ¨¦ste adopte una "actitud m¨¢s dialogante". Un portavoz de de la Federaci¨®n de Ense?anza de UGT, manifest¨® que este sindicato no hab¨ªa hecho a¨²n una valoraci¨®n oficial sobre el relevo, y a?adi¨® que "el problema no es de personas" y que "nunca esta central hab¨ªa ido a por la cabeza de nadie".
Por su parte, Javier Doz, secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO , dijo que Javier Solana, es "un ministro del anterior Gobierno y, por lo tanto, corresponsable del trato del mismo a la ense?anza p¨²blica".
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