Ben Al¨ª se propone desmontar el monopolio pol¨ªtico en T¨²nez
"La existencia de diferentes opciones pol¨ªticas es un derecho del pueblo tunecino", proclam¨® el presidente tunecino, Ben Al¨ª, en la sesi¨®n inaugural del congreso de la Agrupaci¨®n Constitucional Democr¨¢tica, nuevo nombre del viejo Partido Desturiano de Habib Burguiba.Ben Al¨ª se pronunci¨® por profundizar la ya emprendida democratizaci¨®n del pa¨ªs y asegur¨® que la restauraci¨®n de los valores del islam que ¨¦l propone no atentar¨¢ contra los derechos conseguidos por la mujer tunecina en los ¨²ltimos a?os.
Ante unos 2.000 delegados, representantes de un mill¨®n y medio de afiliados, Ben Al¨ª fustig¨® en su discurso "la esclerosis, burocracia, resignaci¨®n, indiferencia y clientelismo" del partido en el poder en T¨²nez desde la independencia. Tal rapapolvo a la organizaci¨®n que ha confundido su historia con la del moderno T¨²nez estaba destinado a hacerle entender que, en adelante, debe hacerse a la idea del m¨²ltipartidismo, la competencia leal con otras opciones pol¨ªticas.
El congreso del Partido Desturiano, el primero tras la destituci¨®n de Burguiba, el 7 de noviembre del pasado a?o, supone el estreno de su nuevo nombre y, sobre todo, la consagraci¨®n de su nuevo dirigente.
Burguiba vive a¨²n, sin embargo. Desde su fulminante destituci¨®n por flagrante senilidad, el Combatiente Supremo es una especie de prisionero de lujo del palacio de Mornag, a 15 kil¨®metros de la ciudad de T¨²nez. S¨®lo sus familiares est¨¢n autorizados a visitarle, y se desconoce si Ben Al¨ª acceder¨¢ a su petici¨®n de ser trasladado a Monastir, su ciudad natal.
Los futuros manuales de texto tunecinos juzgaran, sin duda, m¨¢s severamente a Burguiba de lo que ¨¦ste crey¨®. De momento sus bustos, estatuas y placas conmemorativas han comenzado a desaparecer de calles y plazas Ben Al¨ª hizo, ante los congresistas desturianos, el elogio de un islam "tolerante y solidario con los marginados, como los j¨®venes, los parados, los emigrados o las mujeres". Junto a la liberalizaci¨®n de la pol¨ªtica y la econom¨ªa tunecinas, el presidente se ha impuesto una pol¨ªtica de desactivaci¨®n del integrismo musulm¨¢n. El Movimiento de la Tendencia Isl¨¢mica (MTI), pesadilla de los ¨²ltimos tiempos de Burguiba, no ha sido reconocido legalmente.
La presidencia vitalicia ha sido abolida, y tambi¨¦n el mecanismo que llev¨® a Ben Al¨ª al poder, el art¨ªculo que designaba al primer ministro sucesor autom¨¢tico del jefe del Estado.
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