La Iglesia anglicana autoriza a las congregaciones nacionales la consagraci¨®n de mujeres obispos

La Conferencia de Lambeth -asamblea de la Iglesia anglicana internacional- aprob¨® ayer una moci¨®n de compromiso sobre la ordenaci¨®n de mujeres obispos, que evita una divisi¨®n radical entre las diferentes provincias (pa¨ªses) en las que se organiza la fe anglicana. En la votaci¨®n hubo 423 votos favorables a la consagraci¨®n de sacerdotisas y mujeres obispos, por 28 contrarios y 19 abstenciones. El asunto de la ordenaci¨®n de sacerdotisas ha constituido el m¨¢s pol¨¦mico debate entre los 525 delegados que acuden a la asamblea de la Iglesia anglicana en Canterbury (Reino Unido).

La decisi¨®n de permitir la ordenaci¨®n de sacerdotisas brit¨¢nicas a¨²n no ha sido adoptada definitiva mente. El acuerdo se remiti¨® recientemente a una nueva reuni¨®n de la iglesia anglicana en el Reino Unido.Los representantes de las provincias americanas, especialmente las procedentes de Estados Unidos y Canad¨¢, han sido los m¨¢s partidarios de dar estatuto oficial a la consagraci¨®n de mujeres, que han practicado regularmente en el pasado.

Las provincias brit¨¢nicas eran las m¨¢s reacias a la aceptaci¨®n de las sacerdotisas, si bien la, defensa del movimiento contrario a la ordenaci¨®n de mujeres ha corrido a cargo del obispo de Sidney (Australia), Donald Robinson. El grueso de las provincias africanas promovieron la via Intermedia y pragm¨¢tica, que ha dado prioridad a la independencia doctrinal de las provincias, estatutariamente establecida en la iglesia anglicana, que ha sido utilizada por ellos como un medio para evitar el cisma.

La conferencia de Lambeth se reune cada diez a?os y hab¨ªa quedado en esta edici¨®n polarizada en torno a la consagraci¨®n de mujeres obispos. Los congregados ten¨ªan que decidir entre una moci¨®n favorable y otra desfavorable a la ordenaci¨®n de mujeres y dos enmiendas al texto de la primera, que representaban los diferentes puntos de vista de las provincias anglicanas.

El texto de la moci¨®n oficial invitaba a las provincias a respetar la decisiones, siguiendo el esp¨ªritu de lo predicado por el arzobispo de Canterbury, Robert Runcie, quien ha trabajado intensamente para evitar la divisi¨®n. Runcie ha defendido durante la conferencia el equilibrio entre la capacidad de iniciativa de las iglesias provinciales y la autoridad del S¨ªnodo.

El S¨ªnodo General es el m¨¢ximo ¨®rgano asambleario de la iglesia anglicana, se re¨²ne tres veces al a?o y fue constituido en 1972.

E! pasado mes de julio celebr¨® su ¨²ltima reuni¨®n y decidi¨® crear una comisi¨®n para proponer legislaci¨®n sobre la ordenaci¨®n de las rnujeres, que posteriormente ser¨¢ discutida en las diferentes asambleas provinciales.

No tan partidario del consenso era el obispo de Glasgow y Galloway, Derck Rawcliffe quien hab¨ªa presentado una moci¨®n que afirmaba que "respetar la decisi¨®n de una provincia no significa respeto por los principios que conllevan a esa decisi¨®n".

Sin embargo, desde los esca?os progresislas, los obispos de Estados Unidos presentaron una moci¨®n en la que afirmaban que ning¨²n obispo deb¨ªa reordenar o reconfirmar a nadie previamente ordenado por una mujer obispo. En otras palabras, que las mujeres obispos son tan reales como los obispos.

El debate sobre la ordenaci¨®n de mujeres hab¨ªa tomado tintes pol¨ªticos en las ¨²ltimas horas, merced a va intervenci¨®n p¨²blica, de la primera ministra brit¨¢nica Margaret Thatcher. La primera ministra brit¨¢nica declar¨® a los medios de comunicaci¨®n su convicci¨®n de que en el futuro habr¨¢ sacerdotisas y su creencia en que la ordenaci¨®n de mqjeres no choca con la doctrina cristiana". Las declaraciones de Margaret Thatcher han sido agriamente recibidas por los sectores m¨¢s conservadores de la iglesia anglicana y la pol¨ªtica brit¨¢nica.