Casto divo
Medio mundo se ha puesto a buscar a la chica que denunci¨® a Alexanco. Unos quieren fotografiarla en portada y a ser posible con las tetas en orsay y otros pretenden averiguar la causa de sus rencores. Yo tengo una teor¨ªa, osada como todas las que se adelantan a su tiempo, y es que nunca la encontrar¨¢n. Porque esa chica no existe.Apuesto a que fue Jos¨¦ Luis N¨²?ez, disfrazado de Jeanne Moreau en Le journal dune femme de chambre, quien irrumpi¨® en la vida de su contestatario capit¨¢n de equipo para desacreditarle ante la opini¨®n p¨²blica. Mi teor¨ªa va a¨²n m¨¢s all¨¢: si fue N¨²?ez, dado que el resultado de su camuflaje debi¨® quedar m¨¢s cerca de Rafaela Aparicio en La casa de los Mart¨ªnez que de la Moreau, no es que no hubiera violaci¨®n: es que ni siquiera hubo polvo. Lo que s¨ª se produjo fue la denuncia, destinada a acabar con el fervor p¨²blico que rodea a todo casto divo del f¨²tbol, y del que no disfruta en absoluto el presidente del FC Barcelona.
Me niego a creer que los motivos fueran otros, que en toda esta historia se encierre una enso?aci¨®n sentimental como la que empuj¨® a Scarlett O'Hara a pasarse tres horas y media de pel¨ªcula persiguiendo al sinsustancia de Leslie Howard. No, no lo creer¨ªa ni aunque el se?or N¨²?ez hubiera puesto a nombre de Alexanco uno de esos tremendos pisos que construy¨® destrozando las esquinas modernistas de Barcelona y que ahora boquean, con sus terracitas escuetas, sobre cualquier sucursal de caja de ahorros. No. Fue una venganza profesional, y su denuncia prosper¨® sin duda porque N¨²?ez posee un acento catal¨¢n que el comisario desprevenido puede tomar como oriundo de los Pa¨ªses Bajos.
Puede que, en otra hip¨®tesis, N¨²?ez sintiera celos de los esc¨¢ndalos sexuales desatados por ¨ªdolos de otros clubes: el conocido affaire de Butrague?o ense?ando en el campo sus razones, los hijos ileg¨ªtimos sembrados por Maradona... Y que se dijera: "Hosti, eh, que nosotros no vamos a ser menos, escolti".
Cosas m¨¢s raras se han visto.
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