Comunicarse mediante pintadas
Las pintadas que pueblan las paredes de Euskadi con el mensaje PSOE=GAL, PSOE, asesino -nunca PSE (Partido Socialista de Euskadi)- ilustran la naturaleza de las relaciones entre los socialistas vascos y Herri Batasuna, porque no existe otro clase de relaci¨®n entre ambas formaciones pol¨ªticas.El mundo pol¨ªtico de HB que, generalmente, trata de ignorar al resto de los partidos, salvo excepciones marcadas, menos cuando se trate de fustigarlos con acusaciones de dejaci¨®n y traici¨®n de los ideales nacionalistas, ha hecho desde siempre del PSE-PSOE su principal enemigo.
El primer mitin del Partido Socialista de Euskadi en San Sebasti¨¢n, en los albores de la transici¨®n, fue reventado por la izquierda abertzale, pese a que sus dirigentes y militantes desfilaban por entonces junto con el resto de las formaciones en manifestaciones en las que se ped¨ªa la no extradici¨®n del dirigente Apala, la amnist¨ªa y la autodeterminaci¨®n.
Un agravio
El visceralismo y otros ingredientes iban en este caso de la mano de la sospecha de que aquel partido sin apenas militantes pod¨ªa terminar por convertirse en una de la grandes formaciones de Euskadi. Las elecciones confirmaron la adhesi¨®n a las siglas PSOE de buena parte de los trabajadores, preferentemente emigrantes, y este dato fue soportado como un agravio para los herederos de ETA que trataban de superar el desequilibrio entre nacionalismo y socialismo de la izquierda abertzale.La llegada de los socialistas al poder no hizo cambiar el discurso oficial seg¨²n el cual la dictadura persist¨ªa apuntalada por los poderes f¨¢cticos y alguno de los considerados te¨®ricos de HB exhibi¨® la tesis de que el PSOE era en realidad el partido "nazifascista". Con el PSOE en el Gobierno, HB y los grupos ideol¨®gicamente afines parecieron convencidos de que los hechos confirmaban la perversi¨®n idel¨®gica y pol¨ªtica de este partido, que pasaba ya a ser responsable directo de todos y cada uno de los problemas, pero preferentemente el de la violencia por su negativa a conceder la alternativa KAS.
El senador Enrique Casas, que no fue la primera v¨ªctima socialista, muri¨® asesinado por los Comandos Aut¨®nomos Anticapitalistas, un grupo de ideolog¨ªa tan marginal como la de los autores del incendio de la Casa del Pueblo de Portugalete, pero su muerte se produjo en un momento en el que ya las paredes estaban llenas de pintadas contra el PSOE.
Antes, durante y todav¨ªa hoy, se suceden espor¨¢dicamente los ataques a las sedes socialistas y la militancia de este partido vive una sensaci¨®n de acoso. Las ¨²nicas relaciones dignas de ese nombre entre HB y el PSE-PSOE se reducen a las que mantienen excepcionalmente a t¨ªtulo particular algunos concejales en algunos pueblos. Y son relaciones privadas sujetas a la verg¨¹enza y al esc¨¢ndalo porque deben ser ocultadas cuando cuando el p¨²blico llena el sal¨®n de plenos ante un moci¨®n "conflictiva".
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