Un poeta

Las secciones paralelas de la Mostra son Horizontes, Noche y la que este a?o ser¨¢ estrella del festival: Acontecimientos especiales, que acoge a La ¨²ltima tentaci¨®n de Cristo, y en cuyas puertas se montar¨¢ un espect¨¢culo a?adido, en el que brotar¨¢ toda esa gama de broncas que cargan con tinta amarilla las ametralladoras de los teletipos.Pero hay otra secci¨®n, poco aireada, que llevar¨¢ dentro lo mejor -por ser inmejorable lo que contiene- de este, famoso antes de comenzar, 45? festival de Venecia: la titulada Un cine de poes¨ªa, dedicada a la obra de un poeta de la pluma y la c¨¢mara, desencadenador de esc¨¢ndalos en el sentido noble y profundo del t¨¦rmino, esos que no conmueven teletipos, pero mueven la identidad de un pa¨ªs y de una cultura.

Ese poeta se llam¨® Pier Paolo Pasolini y el esc¨¢ndalo -un verdadero esc¨¢ndalo, una genuina pasi¨®n- de su muerte todav¨ªa sigue agachando nucas furtivas en Italia y fuera de ella, pues fueron millones las tripas curvadas que respiraron mejor despu¨¦s de su asesinato suicida, que cerr¨® para siempre su boca en un descampado de los alrededores de Roma.

Se le deb¨ªa en Venecia un reconocimiento a Pasolini, que dio la vida por el honor humano e hizo de su persona uno de los brotes indiscutibles de energ¨ªa de la Italia moderna. Elev¨® el cine a poes¨ªa e hizo de su existencia un grave poema tr¨¢gico, que todav¨ªa est¨¢ por revelar.