Verg¨¹enza es robar
Algunas personas reciben los alimentos, proporcionados por la Comunidad Europea (CE), sin inhibiciones, pues su pobreza es p¨²blica. "Verg¨¹enza es robar, ?verd¨¢ usted?", afirma Mar¨ªa Salazar, una gitana viuda desde hace 18 a?os que vende loter¨ªa por la costa durante los meses de verano. Mar¨ªa tiene la marca del sufrimiento se?alada en su cara, una hija presa en Francia a causa de la droga y un yerno que se suicid¨® en la c¨¢rcel.Por el contrario, personas que en otro tiempo gozaron de un nivel social reconocido guardan las apariencias frente a sus vecinos a pesar de la necesidad que tienen de comer al menos alg¨²n d¨ªa de los excedentes comunitarios. En la comarca de El Condado los voluntarios de la Cruz Roja han tenido en algunas ocasiones que disimular los alimentos en cajas opacas, ocultando cualquier posible identificaci¨®n para evitar herir susceptibilidades.
Primitivo Berrio, un anciano de 83 a?os de edad, a pesar de haber sido un modista considerado en otro tiempo, no es de estas personas. Su profesi¨®n le ha ense?ado a ser meticuloso y limpio. Aunque no tiene nada, al menos le quedan sus cuatro paredes pulcras y un rostro agradecido cuando los muchachos de la Cruz Roja le ofrecen los alimentos.
El per¨ªodo de caducidad de los excedentes, dado que en su mayor¨ªa es superior al a?o, favorece en algunos casos la dilaci¨®n de su reparto. ?ste es el caso de Punta Umbr¨ªa, donde con la llegada del verano siempre hay alg¨²n negocio para el turismo, del que se benefician y sacan partido las personas desocupadas durante el resto del a?o.
Tampoco faltan los t¨ªpicos casos de humor negro en las entregas de los excedentes alimentarios. As¨ª, en una aldea minera de la sierra los alimentos llegaron tarde, dado que el anciano al que iban destinados muri¨® justo un d¨ªa antes.
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