Costas Taksis, la pasi¨®n por los monstruos
Falta de tradici¨®n
"Tengo la ambici¨®n de escribir algo que quede despu¨¦s de mi muerte"
P. ?Su obra responde a alguna tradici¨®n narrativa griega?R. Es dif¨ªcil decir eso. Los cr¨ªticos han se?alado que La tercera boda es un libro que separa en dos la literatura griega de posguerra. Conoc¨ª antes la literatura extranjera contempor¨¢nea que la literatura griega. Desde muy joven he le¨ªdo mucho en franc¨¦s, en ingl¨¦s, en alem¨¢n y en italiano. En Grecia, en realidad, no hay tradici¨®n de novela. S¨ª ha existido desde siempre una tradici¨®n po¨¦tica.
Mientras que la l¨ªrica ha tenido una continuidad hist¨®rica, no ha ocurrido as¨ª en narrativa. Hay que tener en cuenta que nuestra literatura cuenta con uno de los m¨¢s grandes poetas de este siglo: Kavafis. Un autor realmente grande, un innovador, y su presencia dej¨® una huella inmensa. Me han dicho que en Portugal hubo un escritor de condiciones semejantes. S¨ª, Pessoa. No s¨¦ si en Espa?a existi¨® alguien parecido. Lo que conozco de Garc¨ªa Lorca no me parece tanto, aunque su teatro ten¨ªa algo de hondura tr¨¢gica. Est¨¢ Seferis, que fue un gran escritor, sin duda alguna, y est¨¢ Elytis, que es muy conocido despu¨¦s del Nobel y le gusta a la gente a la que le interesa el sol, los himnos, la m¨²sica y la metaf¨ªsica. En la narrativa no exist¨ªa nada semejante. En el extranjero conocen a Katantzakis, y en Grecia, despu¨¦s de la pel¨ªcula Zorba, tambi¨¦n se le conoce pero no se lee. No creo que haya llegado a vender m¨¢s de 5.000 ejemplares. Katantzakis traducido gana mucho. El ¨²nico escritor en prosa conocido era Makriyannis, un general de las guerras de la independencia que escribi¨® sus memorias. En Grecia no exist¨ªa tradici¨®n narrativa. La tercera boda es, sin duda, una novela realista, pero de un realismo que, por ejemplo, ha bebido mucho tiempo las aguas del surrealismo super¨¢ndolo.
P. ?Se ve, por tanto, como un caso aislado?
R. No, no quiero decir eso. Creo que durante los a?os sesenta y setenta se dieron las condiciones justas para que se escribieran novelas nacionales, por decirlo as¨ª, desde la periferia; es decir, en pa¨ªses que no est¨¢n en el centro de la cultura universal. Es el caso de los latinoamericanos, y es, en cierto modo, mi caso. Considero que La tercera boda es un poco como una novela de Garc¨ªa M¨¢rquez, y est¨¢ escrita algunos a?os antes que Cien a?os de soledad. No es mi culpa si Grecia no tiene la difusi¨®n que tiene Am¨¦rica Latina. No quiero decir con ello que ambas novelas se parezcan, pero creo que ambas corresponden a un tipo de novelas que dudo puedan escribirse de ahora en adelante. Si la novela de M¨¢rquez es m¨¢s conocida se debe, sin duda, a que el caso de Grecia es dif¨ªcil. Tenemos una lengua totalmente diferente a las dem¨¢s, con una historia marcada por la larga ocupaci¨®n turca.
P. Sin embargo, su obra se ha reconocido mundialmente.
R. No se trata de una cuesti¨®n de justicia o injusticia. Para un escritor griego entrar en otros mercados es muy dif¨ªcil. Hay escritores que inmediatamente son traducidos a 30 lenguas. En mi caso se acercan a la docena, pero muchas de ellas tienen poco peso. Me han traducido en la mayor¨ªa de los pa¨ªses socialistas, en donde, por cierto, no te pueden enviar el dinero de los derechos y tienes que ir a gast¨¢rtelo all¨ª, Cierto que mi novela se tradujo relativamente pronto al franc¨¦s y tuvo un importante ¨¦xito. Ahora, Gallimard va a publicar una recopilaci¨®n de mis relatos, y parece que tambi¨¦n van a traducirse al castellano. En Grecia, la nueva edici¨®n de La tercera boda ha vendido m¨¢s de 100.000 ejemplares con tres meses. Los griegos se reconocen en esta novela, que a¨²na lo arquet¨ªpico con la visi¨®n contempor¨¢nea. Los griegos de cualquier generaci¨®n se identifican con ella. Les gusta mi lengua, que ni es dem¨®tica ni es griego puro. Es el griego real, el que se utiliza en la vida real. Reconocen la situaci¨®n real, la relaci¨®n entre madre e hija, entre madre e hijo. Son situaciones o hechos que vienen desde muy lejos en la historia, desde Eur¨ªpides hasta nuestros d¨ªas.
P. En Grecia, ?el pasado glorioso pesa como una losa?
R. En realidad, los griegos no han o¨ªdo hablar de ese pasado tan brillante, apenas lo conocen. Saben que aqu¨ª est¨¢ el Parten¨®n, la Acr¨®polis y todo eso, pero no saben exactamente qu¨¦ quiere decir ese pasado. El pueblo griego es un pueblo optimista, que ha sufrido mil y una desgracias, pero que ha sabido sobrevivir a pesar de sus glorias y sus verg¨¹enzas. Somos un pueblo extravertido, con una capacidad de racionalizaci¨®n muy desarrollada. Tenemos sentido de culpabilidad, pero tambi¨¦n sabemos olvidar. Sabemos que si no olvid¨¢ramos nos volver¨ªamos locos. Somos un pueblo en el que el esp¨ªritu pagano sigue existiendo. Somos un pueblo sano porque somos un pueblo sin principios.
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