Poco y fuera de corro
El silencio se impuso ayer en la negociaci¨®n de casi todos los corros. Los precios aguantaron bien, a cambio de un intercambio de t¨ªtulos m¨ªnimo en los corros. El comportamiento del mercado ha vuelto a las constantes previas a la publicaci¨®n del IPC. Los vendedores prefieren no hacer mucho ruido por miedo a un descalabro, pues los precios ya han alcanzado un nivel que deber¨ªa ser atractivo; los compradores, aunque est¨¦n de acuerdo, prefieren mantenerse a la espera.Los corros, as¨ª, quedan para las operaciones m¨¢s peque?as, casi para los picos. El resto se negocia fuera del corro, a un precio ya fijado. As¨ª, al lado de unos corros absolutamente apagados, comienza un tipo de contrataci¨®n que era casi exclusiva de las operaciones de la tarde.
La resistencia a bajar que muestran los precios es cada vez m¨¢s patente, aunque los vendedores a cr¨¦dito est¨¢n apostando con fuerza contra ella. El volumen de estas partidas vendedoras, tradicionalmente muy reducido, contrasta, por su tama?o, con la inactividad del mercado al contado. Esta inversi¨®n a la baja no interesa ni a las sociedades ni a los encargados de velar por su evoluci¨®n en bolsa; un choque de opiniones que podr¨ªa ayudar a apuntalar la resistencia de los cambios.
De momento, la espera cautelosa sigue definiendo el comportamiento diario. El comienzo de la nueva decena y la posibilidad de una correcci¨®n al alza del tipo de intervenci¨®n era ayer m¨¢s que un rumor, y como tal exig¨ªa prudencia. Un encarecimiento del dinero, ahora, podr¨ªa elevar la competitividad de los activos de los mercados monetarios y de renta fija en contra de la renta variable; una posibilidad preocupante.
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