Espa?a y EE UU preparan un texto fuera del convenio que permita el paso de armas nucleares por la Pen¨ªnsula
Los Gobiernos de Espa?a y EE UU plantearon en las fechas previas al acuerdo del convenio la necesidad de que, al margen del propio articulado, se suscriba una cl¨¢usula marginal -se desconoce si ser¨¢ secreta o no- por la que el Ejecutivo espa?ol garantizar¨¢ que no se impedir¨¢ el paso o tr¨¢nsito de armas nucleares por el territorio o aguas espa?olas, porque nunca se preguntar¨¢ qu¨¦ tipo de artefactos portan los barcos o aviones estadounidenses que pasen por Espa?a, seg¨²n afirman fuentes oficiales espa?olas. El Gobierno s¨®lo ha exigido que esa posible introducci¨®n de armas nucleares no sea para "almacenar o instalar" esos artefactos en territorio nacional, pero incluso ello ser¨ªa posible con "el acuerdo del Gobierno espa?ol", seg¨²n el nuevo texto.
En el texto manejado hasta ¨²ltima hora por los negociadores se indica que "la instalaci¨®n, almacenamiento o introducci¨®n" en territorio espa?ol de armas nucleares o no convencionales o de sus componentes "quedar¨¢n supeditados al acuerdo del Gobierno espa?ol". En ese mismo texto, y a pesar de que ayer lo negaron diversas autoridades gubernamentales, se inclu¨ªa un p¨¢rrafo en el que se aseguraba que el paso de buques de EE UU por puertos espa?oles se har¨ªa "sin exigir que en la correspondiente documentaci¨®n" se obligara a las autoridades del barco a declarar qu¨¦ tipo de armas portaban.El texto del convenio actualmente vigente dice textualmente: "El almacenamiento e instalaci¨®n en territorio espa?ol de armas nucleares o no convencionales o de sus componentes quedar¨¢ supeditado al acuerdo del Gobierno espa?ol".
Matizar la introducci¨®n
La posible cl¨¢usula planteada por ambos gobiernos para a?adir al futuro convenio guarda relaci¨®n tanto con esta cuesti¨®n -el compromiso de no exigir respuestas- como, sobre todo, con la pretensi¨®n americana de matizar el t¨¦rmino "introducci¨®n". Fueron las autoridades espa?olas las que exigieron incluir este t¨¦rmino en el art¨ªculo relativo a las armas nucleares. Pero, en opini¨®n de los estadounidenses, esa palabra pod¨ªa inducir a nuevas interpretaciones por parte de futuros gobiernos espa?oles, que podr¨ªan llegar a prohibir el tr¨¢nsito de armas nucleares o escalas de buques sospechosos de portar artefactos at¨®micos.En este sentido, el Gobierno espa?ol, seg¨²n las fuentes oficiales informantes, est¨¢ dispuesto a, mediante una cl¨¢usula adicional, dar "garant¨ªas plenas" a EE UU de que cualquier Gobierno futuro deber¨¢ respetar el compromiso de permitir el posible paso de armas nucleares, simplemente porque no preguntar¨¢ si se est¨¢ haciendo o no.
De acuerdo con las mismas fuentes, es "una pr¨¢ctica habitual" en muchos acuerdos de Gobierno a Gobierno que se incluyan cl¨¢usulas adicionales -en algunos casos no conocidas por la opini¨®n p¨²blica ni por los Parlamentos- que completan o interpretan los textos de esos acuerdos. Se recuerda, por ejemplo, que los acuerdos sobre compras de armamento incluyen en muchos casos ese tipo de cl¨¢usulas a?adidas sobre limitaciones de uso de las armas adquiridas.
Las citadas fuentes se?alan que Espa?a apoya, como miembro de la OTAN, la pol¨ªtica de disuasi¨®n nuclear e incluso la doctrina de respuesta flexible, por lo que no puede oponerse -adem¨¢s no existen sistemas o medios legales para comprobarlo- a que, en caso necesario, pasen por puertos o aeropuertos espa?oles armas nucleares o componentes de la mismas.
El Gobierno espa?ol s¨ª ha insistido, dentro de esa filosof¨ªa, en que el paso o tr¨¢nsito de esas armas no se har¨¢ nunca con el fin de almacenarlas o instalarlas en Espa?a. Pero incluso esta hip¨®tesis ser¨ªa posible con un acuerdo previo del Gobierno, seg¨²n figura en el texto del nuevo convenio.
Los otros dos problemas que quedaban pendientes para concluir la negociaci¨®n -contrataci¨®n de personal y obras, y r¨¦gimen de presos- se resolvieron con la aceptaci¨®n por ambas partes de que ser¨¢ el Ministerio espa?ol de Defensa el que contrate, mientras en el segundo aspecto ser¨¢n los jueces espa?oles, en el caso de presos estadounidenses, los que decidan que los encausados o condenados permanezcan en Espa?a por un solo a?o o por m¨¢s tiempo. En todos los terrenos, el convenio se refiere a un trato de reciprocidad, de forma que los militares espa?oles destinados en EE UU recibir¨¢n un trato similar al de los estadounidenses en Espa?a.
El acuerdo final alcanzado entre EE UU y Espa?a, as¨ª como las interpretaciones oficiales que se dan al mismo, son explicadas por fuentes gubernamentales como consecuencia del hecho de que Espa?a est¨¦ integrada en la Alianza Atl¨¢ntica y de que, en un futuro pr¨®ximo, formar¨¢ parte tambi¨¦n de la UEO.
Al conocer las partes m¨¢s conflictivas del nuevo texto, fuentes gubernamentales consultadas negaron que se hayan producido excesivas concesiones a EE UU en el terreno nuclear o que se haya modificado la pol¨ªtica del Gobierno al respecto. La segunda cl¨¢usula de la pregunta del refer¨¦ndum sobre la OTAN dec¨ªa textualmente: "Se mantendr¨¢ la prohibici¨®n de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en territorio espa?ol".
Ahora, con el nuevo convenio -que deber¨¢ ser ratificado por las Cortes-, esa prohibici¨®n queda supeditada al acuerdo del Gobierno espa?ol, a la vez que la palabra "introducci¨®n" queda matizada por las interpretaciones de los negociadores con respecto al paso, tr¨¢nsito o escalas de buques y aviones que puedan portar armas nucleares.
El pasado verano, Fernando Mor¨¢n, ex ministro de Exteriores, coment¨®, al referirse al cumplimiento por el Gobierno de las condiciones del refer¨¦ndum, que quiz¨¢s se estaba produciendo "un deslizamiento con freno".
A pesar de que el anuncio sobre el acuerdo hispano-norteamericano se hizo en Nueva York tras la entrevista de Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez con George Shultz, fuentes gubernamentales aseguraron ayer que las autoridades estadounidenses ya hab¨ªan comunicado hace d¨ªas la existencia del acuerdo al titular de Defensa, Narc¨ªs Serra, quien ha dirigido las negociaciones en los ¨²ltimos meses.
Para Defensa, los esfuerzos frente a los norteamericanos han tenido por objetivo potenciar la soberan¨ªa nacional, destacar la reciprocidad de trato para militares de uno y otro pa¨ªs y exigir que figurase en el texto, en los t¨¦rminos se?alados, la palabra "introducci¨®n", que no figuraba en el vigente convenio.
Estos esfuerzos, a?aden, son los que han retrasado la consecuci¨®n del acuerdo final, ya que EE UU se opon¨ªa sobre todo a esa ¨²ltima pretensi¨®n espa?ola.
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