Buen cine en la secci¨®n oficial

Adem¨¢s de la pel¨ªcula china El poblado hibisco, de la que nos ocuparemos ma?ana detenidamente, la secci¨®n oficial de la Seminci ofrece, como de costumbre, una buena selecci¨®n de filmes, en la que la mediocridad debe tomarse como excepci¨®n.Se presentaron la ¨²ltima obra del franc¨¦s Claude Chabrol, Un asunto de mujeres, por cuyo trabajo en ella Isabelle Hupper obtuvo en el pasado Festival de Venecia el premio a la mejor actriz, y Madre Krol y sus hijos, pel¨ªcula no menos dura y pol¨¦mica que la anterior, que ha situado al cine polaco en la vanguardia de la perestroika cinematogr¨¢fica.

Se trata de dos buenos y muy distintos entre s¨ª filmes pol¨ªticos, con poderosos tonos documentales y muy directos y desinhibidos en su capacidad cr¨ªtica, que est¨¢ levantando hoy algunos vendavales en los dos extremos de Europa.

El cine norteamericano estuvo representado por Anna, dirigido por Yurek Bogayevicz, que no es nada del otro mundo, pero que, pese a sus altibajos, mantiene el buen tono de la competici¨®n, sobre todo a causa del convincente trabajo, que adolece de alguna sobreactuaci¨®n, de la actriz Jally Kirkland.

El Festival de Valladolid tiene criterios selectivos muy solventes, que nos revelan por d¨®nde abre el cine de hoy nuevos caminos o por d¨®nde busca la manera de recuperar los antiguos caminos perdidos.

Desde el audaz alarde estil¨ªstico de la pel¨ªcula brit¨¢nica Voces distantes hasta la sobriedad cl¨¢sica de Madre Krol y sus hijos, pasando por la radicalidad que hay bajo el lirismo de El poblado hibisco, en las pantallas de Valladolid puede verse durante estos d¨ªas el verdadero cine de hoy.

Especialmente representativo de esta actualidad es el ciclo dedicado a la nueva generaci¨®n del cine chino, que se est¨¢ abriendo camino velozmente por todas las pantallas del mundo y que en Espa?a nos ha dado ya la sorpresa de Sorgo rojo. La importancia de la nueva ola del cine chino merece cr¨®nica aparte, y la tendr¨¢. Anotemos la sensibilidad de la programaci¨®n de la Semana de Valladolid al captar que el cine de aquel lejano pa¨ªs comienza a penetrar en nuestras latitudes.