Hern¨¢ndez Mancha: "Al d¨ªa de hoy, no hay posibilidad de que me retire"
El presidente de AP afirma que ¨¦l no se enfrenta a Fraga, sino que se limita a presentarse a la reelecci¨®n
Antonio Hern¨¢ndez Mancha se muestra m¨¢s bien sorprendido ante la perspectiva de tener que competir con Manuel Fraga Iribarne por la presidencia de Alianza Popular, una contienda cuyo resultado, dice, no ser¨¢ cierto hasta el mismo d¨ªa de enero en que se re¨²na el congreso. Asegura que su talante es conciliador, que entiende a los que apoyan a Fraga y que tambi¨¦n para ¨¦l ser¨ªa m¨¢s c¨®modo proclamar que el fundador es el l¨ªder. Pero a?ade que debe asumir sus responsabilidades de presidente elegido democr¨¢ticamente y que, hoy por hoy, su retirada le parece imposible.
Hern¨¢ndez Mancha se expresa as¨ª en el fragor de las escaramuzas dial¨¦cticas, que ya han comenzado. "Dile a don Manuel", casi le grita a Miguel Arias, eurodiputado, andaluz y amigo, "que es mentira que le hayamos pedido el coche; que le pongo aqu¨ª lo que quiera, despacho, tel¨¦fonos; que su jefa de prensa es suya y que puede tener a su ch¨®fer. Que no hagamos caso de los dimes y diretes". Cuando cuelga la l¨ªnea con Estrasburgo, sentado en la mesa que fue de Fraga y que Miguel Herrero de Mi?¨®n ocup¨® en 1986 con claro apresuramiento, el presidente de AP responde.Pregunta. ?Por qu¨¦ le ha sorprendido tanto la vuelta de Fraga?
Respuesta. Porque en mis contactos frecuent¨ªsimos con ¨¦l, no es que no me lo dijera, es que no me hab¨ªa dado nunca la sensaci¨®n de que, entre sus planes de futuro inmediato, entrase la presentaci¨®n de la candidatura, sino todo lo contrario.
P. Pero hab¨ªa tenido tensiones con Fraga este a?o. Incluso ¨¦l le sugiri¨® que sustituyera a Garc¨ªa Tiz¨®n en la secretar¨ªa general.
R. Falso, falso, falso. A m¨ª, Fraga no me ha pedido la cabeza de nadie. Yo estoy leyendo esto en los peri¨®dicos, ser¨¢n otros los que lo filtran. Y s¨®lo porque esa opini¨®n est¨¢ en la calle; lo que le he dicho a Fraga, por si ¨¦l lo hubiera pensado, es que, para m¨ª, integrar es sumar, no cortar cabezas; es ampliar, compartir responsabilidades que, en virtud de] anterior congreso, est¨¢n en mis solas manos.
P. Entonces, ?cu¨¢l ha sido el problema?
R. Yo tom¨¦ la iniciativa de la integraci¨®n, y si luego Fraga decidi¨® presentarse, sus razones tendr¨¢. Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a ¨¦l. Establec¨ª un contacto inicial con Aznar, que iba por buen camino, y una unidad en los estatutos, donde se sintetiza el reparto de poder. Y entonces, cuando creo haber avanzado hacia la integraci¨®n no cortando cabezas, sino moviendo las piezas sobre el tablero, me encuentro con que Fraga se presenta.
P. ?C¨®mo se explica que, a pesar de esa tendencia a la integraci¨®n de la que habla, la mayor¨ªa de los presidentes regionales apoyen ahora a Fraga?
R. Porque humanamente es explicabil¨ªsimo. La relaci¨®n de liderazgo en un partido, sobre todo cuando se trata del fundador, obedece a componentes no s¨®lo racionales, sino tambi¨¦n sentimentales. Yo me explico perfectamente esa reacci¨®n. Para m¨ª, desde el punto de vista personal, ser¨ªa tan c¨®modo como para cualquiera proclamar... Pero creo que la pol¨ªtica hay que medirla en tramos m¨¢s largos. Esta letra no vence el 20 de enero, tiene varios vencimientos.
Voto libre
P. ?Su candidatura frente a la de Fraga con qu¨¦ fuerzas cuenta realmente?R. El voto nuestro es personal, o sea, que el compromisario nuestro elegido en una provincia hace el uso que quiere de ese voto, no viene con la comisi¨®n de un voto sindicado. Eso es lo que determina que haya m¨¢rgenes de error en el c¨¢lculo que yo pueda hacer. Por lo que veo, el resultado de la votaci¨®n no estar¨¢ fijo hasta el d¨ªa del congreso.
P. Pero la posibilidad final es muy simple: o gana o pierde. Si usted es el ganador, ?qu¨¦ pasa con Fraga y con su gente?
R. Yo digo que la ventaja que tiene el que Fraga sea cabecera de una lista y yo de otra es que eso no produce ning¨²n tipo de fisuras en el partido. S¨ª la producir¨ªa una situaci¨®n de equivalencia. Pero no hay equivalencia porque es distinto, totalmente distinto, el fundador, Manuel Fraga, que el actual presidente del partido. Es muy importante el matiz. Mancha se enfrenta a Fraga... No, oiga usted; Mancha es el presidente democr¨¢ticamente elegido en un congreso. Yo me presento a la reelecci¨®n.
P. ?Y los que van con ¨¦l, como Jos¨¦ Mar¨ªa Azanar?
R. Bueno, ya veremos. Yo, hasta ahora, lo que veo es lo que veo y nada m¨¢s. No s¨¦ en qu¨¦ quedar¨¢ esto.
P. Y si usted pierde, ?qu¨¦ va a hacer?
R. Pues seguir trabajando en este partido, que me encanta. Es que yo tambi¨¦n lo he construido.
P. ?Aunque fuera de militantes de base?
R. Por supuesto, sin duda alguna. Como militante de base, y creo que algo m¨¢s. A ver si me entiende: creo que, aunque s¨®lo sea por razones de trienios, siempre en este partido a cada uno se le da su puesto. Y, desde luego, a m¨ª lo que me gusta es mi partido. Por eso afronto con una tranquilidad pasmosa la situaci¨®n.
P. El otro d¨ªa tuvo que rectificar una referencia a la ruptura generacional en un comunicado ?Cree que alguien de los suyos puede estar yendo m¨¢s lejos, en el terreno de las agresiones ver bales, de lo que usted quisiera?
R. No lo creo, sinceramente.
P. Entonces, ?qu¨¦ fall¨®?
R. Pues que quien hizo la nota cometer¨ªa un error.
Una iniciativa hist¨®rica
P. Lo que m¨¢s le reprochan sus adversarios es que no haya sido capaz de llevar al partido a la operaci¨®n de centro-derecha ?Qu¨¦ ha pasado?R. No ha pasado nada. Yo he conseguido iniciar unos contactos, lo que ya tiene un valor hist¨®rico, porque este pa¨ªs est¨¢ acostumbrado a que el problema catal¨¢n sea la ant¨ªtesis de Madrid y Barcelona, vamos a hablar claro, o sea, a que no haya di¨¢l go. Alg¨²n m¨¦rito tiene una interlocuci¨®n con Catalu?a, con el Pa¨ªs Vasco... Lo que no se me puede pedir es que, de algo que lleva como herida abierta 200 a?os, yo tenga que presentar factura al d¨ªa siguiente.
P. ?Qu¨¦ posibilidades hay de que retire su candidatura?
R. Al d¨ªa de hoy, ninguna.
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