?No interesa el tema?
Los dirigentes deportivos nunca han estado en la primera l¨ªnea de fuego en la lucha contra la violencia en el f¨²tbol. S¨®lo la presi¨®n social, provocada por los grav¨ªsimos incidentes que se han producido en los ¨²ltimos a?os, ha conseguido, por ejemplo, que Josep Llu¨ªs N¨²?ez o Ram¨®n Mendoza decidieran controlar t¨ªmidamente a sus Boixos Nois o Ultrasur. La ausencia ayer de Mendoza, N¨²?ez y Pedro Mar¨ªa Aurtenetxe en la comisi¨®n del Senado que investiga la violencia en los espect¨¢culos deportivos demuestra, una vez m¨¢s, que el tema no es prioritario para los dirigentes del f¨²tbol espa?ol. Un puente es un puente, y la lucha contra la violencia no debe tener, para ellos, la suficiente importancia como para suspender un d¨ªa de ocio.Seg¨²n los dirigentes deportivos, el tema se est¨¢ exagerando, y no hay tanta violencia en los campos de f¨²tbol como se dice. Por eso, toman las decisiones para controlar a sus m¨¢s fan¨¢ticos seguidores sin excesivo entusiasmo. Y por eso se sienten poco predispuestos a colaborar con los pol¨ªticos para tratar de encontrar soluciones.
Menci¨®n aparte merece Jes¨²s Gil, el pintoresco presidente del Atl¨¦tico de Madrid. En una nueva actuaci¨®n estelar arremeti¨® en el Senado contra los medios de comunicaci¨®n y los acus¨® de ser los principales instigadores de la violencia en el f¨²tbol. Gil ha perdido los papeles desde hace meses. Su afirmaci¨®n nos¨®lo es falsa, porque precisamente la presi¨®n social contra la violencia se ha ejercido mayoritariamente desde los medios de comunicaci¨®n, sino que se engloba en una nueva estrategia del dicharachero presidente atl¨¦tico.
Enfrentado con gran parte de la Prensa, Gil ha descubierto un nuevo diablo y no duda en acusar de demagogia a los que deben hacer verdaderos esfuerzos para recoger d¨ªa a d¨ªa precisamente su continuo despliegue de demagogia verbal. Gil piensa que una batalla del Ebro se desarrolla a su alrededor, y que ¨¦l est¨¢ s¨®lo contra un ej¨¦rcito de enemigos. Desde hace mucho tiempo, Jes¨²s Gil parece haber olvidado que tan s¨®lo es un presidente de un club de f¨²tbol.
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