La jefa de la banda

Hace a?os que el nombre de Carla Bley est¨¢ asociado a lo que com¨²nmente se llam¨® vanguardia, incluida una de sus zonas m¨¢s interesantes y tal vez menos frecuentemente audible. Aparece su nueva big band euroamericana en el escenario del Alcal¨¢ y pudo sentirse latir un temor: ?y si ahora se ponen a hacer algo un poco terrible? Y no; lo que tuvimos fue una magn¨ªfica big band de jazz moderno, cuyas notas de vanguardia est¨¢n en hacer una m¨²sica brillante, de inmediata accesibilidad y muy bien resuelta.Hija de organista de iglesia -una vieja tradici¨®n-, Carla Bley hizo su misma entrada en el mundo deljazz como compositora. Es significativo que dos verdaderos cerebros musicales, George Russell y Paul Bley, fueran los primeros en tocar y grabar sus temas. Su inteligencia musical, de compositora y de arreglista, est¨¢ siempre por encima de un piano que sigue tocando como una ni?a; y lo curioso es que lo toca desde ni?a. Cuanto m¨¢s brilla la m¨²sica de la banda, m¨¢s puede jugar Carla a la danza de los dedos sobre el teclado. Pero aquello, 15 m¨²sicos en escena, funciona en ¨®ptimas condiciones. En la banda hay m¨²sicos de tres generaciones, hay apartado de muy notables, de j¨®venes y de adornos elegantes. En la secci¨®n r¨ªtmica hay bastante gente, pero el primero es Steve Swallow, que con su bajo el¨¦ctrico parece primero responsable del buen impulso r¨ªtmico de la banda. Tambi¨¦n est¨¢n el baterista Buddy Williams y el percusionista Don Alias y la organista Karin

Mantler, tambi¨¦n un poco de vibr¨¢fono, y bellos y f¨¢ciles solos de arm¨®nica, que a golpe de foco y ella vestida de negro la hac¨ªan una verdadera aparici¨®n. Tambi¨¦n en la r¨ªtmica pod¨ªa estar Bob Stewart, al que se pudo escuchar cuando situ¨® el micr¨®fono en el exterior de la campana de su tuba. Fueron brillantes sus contrapuntos en uno de los solos de Lew Soloff, verdadero jefe en la l¨ªnea de trompetas, en la que el papel de joven notable corresponde al dan¨¦s Jens Winther. A su lado ten¨ªa al trombonista Gary Valente, la voz m¨¢s rotunda de los pupitres de vientos. En el extremo, Frank Lacy, habitual trombonista de la Bras Fantasy de Lester Bowie y que en la trompa supo hacer cosas bellas. La l¨ªnea de saxos parec¨ªa reservada a la joven cantera europea: desde el suizo Daniel Beaussier a los notables Andy Shepard y Wolfgang Puschnig, tenor ingl¨¦s y alto alem¨¢n. Tambi¨¦n, el bar¨ªtono italiano Roberto Ottini y el soprano austriaco Cristof Lauer.

En un largo concierto, las manos de Carla Bley, que firman composiciones y arreglos, llegan a todo cuanto la banda hace. Y lo que hicieron fue un muy bello concierto, cuando la originalidad espont¨¢nea y la inteligencia de la buena escritura de m¨²sica que es Caria Bley impiden cualquier rutina.