Ipc, control monetario y tipos de inter¨¦s
La inflaci¨®n es, en realidad, un aumento generalizado y persistente de los precios. Afecta a los salarios -precio principal del factor de producci¨®n- y a los tipos de inter¨¦s, es decir, al precio del dinero prestado.La relaci¨®n entre el tipo de inter¨¦s y la inflaci¨®n puede compararse normalmente a un pez que se muerde la cola. A tipos de inter¨¦s m¨¢s elevados, mayor inflaci¨®n de costes, y viceversa.
Esto ocurre porque una parte de la financiaci¨®n de las empresas es externa -es decir, mediante endeudamiento- y, as¨ª, ¨¦stas tienen que pagar intereses que repercuten en los precios de venta de sus productos y eso genera inflaci¨®n anticipada.
Adem¨¢s, tantas cosas est¨¢n relacionadas con el IPC, tales como los salarios y las pensiones, que un alza en los tipos de inter¨¦s se traduce al final en m¨¢s inflaci¨®n. Mientras el d¨¦ficit presupuestario actual permanezca, existir¨¢ un conflicto monetario ¨ªntimamente ligado a los tipos de inter¨¦s, cuestiones imbricadas que no resulta f¨¢cil separar.
Resurgen los viejos problemas de nuestra econom¨ªa, la inflaci¨®n, el d¨¦ficit exterior y los tipos de inter¨¦s elevados. La cuesti¨®n central de la pol¨ªtica monetaria espa?ola ha sido hasta el momento la persistencia del d¨¦ficit p¨²blico y el impacto sobre los intereses que generan la financiaci¨®n de una deuda mayoritariamente a corto plazo. Esta configuraci¨®n es un obst¨¢culo sumamente grave a los intentos de reducir la tasa de crecimiento de las magnitudes monetarias. La soluci¨®n pasa por reducir el d¨¦ficit p¨²blico, pero este objetivo es imposible conseguirlo a corto plazo.
La gesti¨®n cotidiana de la pol¨ªtica monetaria espa?ola se ha visto crecientemente influida a lo largo de los ¨²ltimos a?os por el deseo de morigerar las oscilaciones a corto plazo de los tipos de inter¨¦s, mientras que un sesgo expansionista bastante sistem¨¢tico en el crecimiento de las magnitudes monetarias ha sido el resultado del deseo de facilitar una inflexi¨®n descendente de los tipos de inter¨¦s nominales.
La preocupaci¨®n general por la baja de los tipos de inter¨¦s del mercado, exasperada por la entrada de dinero especulativo exterior al calor de los altos tipos de inter¨¦s, y el criterio arraigado de que los altos tipos de inter¨¦s eran la causa principal del retraso de la recuperaci¨®n de la inversi¨®n privada han producido la tentaci¨®n permanente de potenciar el crecimiento monetario como medio -necesariamente pasajero- de reducir los tipos de inter¨¦s nominales. Esta pol¨ªtica ha producido vaivenes que han oscilado entre el endurecimiento y la relajaci¨®n monetaria.
Existe el convencimiento de que el recalentamiento de la econom¨ªa espa?ola a causa del dinamismo de la demanda no se soluciona con la elevaci¨®n del tipo de inter¨¦s como ¨²nico medio de enfriarla; a pesar del incremento de la presi¨®n fiscal, el d¨¦ficit p¨²blico contin¨²a siendo un grave problema para la reducci¨®n de los tipos de inter¨¦s. La inflaci¨®n puede ser combatida, pero existe el peligro de que el remedio sea peor que la enfermedad, especialmente si luchamos contra un solo tipo de inflaci¨®n.
Consecuencias
?Qu¨¦ consecuencias puede tener mantener un tipo de inter¨¦s elevado prolongadamente?
Es incompatible el control del crecimiento de la cantidad de dinero -elevando los tipos de inter¨¦s- con la evoluci¨®n del tipo de cambio. En el futuro, la disciplina de tipos de cambio ser¨¢ prioritaria sobre la pol¨ªtica de tipos de inter¨¦s a corto plazo. El d¨¦ficit exterior podr¨¢ ser reducido creando las condiciones m¨¢s favorables -entre otros, el tipo de cambio- que permita favorecer la oferta exportable y promover la competitividad exterior. El mantenimiento prolongado de tipos de inter¨¦s elevados apreciar¨¢ la peseta y producir¨¢ inflaci¨®n de costes, creando tensiones, sobre todo si los salarios empujan fuera de las cotas previstas.
La inflaci¨®n socava el progreso econ¨®mico y la productividad, y nos enga?a, haciendo que la gente experimente lo que los economistas llaman ilusi¨®n monetaria; favorece a los que m¨¢s ganan -especulativamente- y perjudica a los que no pueden enjugar con salarios m¨¢s altos el m¨¢s elevado precio de los productos. Todav¨ªa hay mucho que hacer en la lucha contra la inflaci¨®n en Espa?a. El panorama aparentemente bueno antes del verano se est¨¢ ensombreciendo con las contradicciones existentes.
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