De maestros y J¨®venes y estrellas fugaces
En medio de la fortuna que al p¨²blico madrile?o le acompa?a con el piano, que nos ha acercado a Pollini, Larrocha, Arguerich, Watts, Arrau, etc¨¦tera, asistimos al concierto de un joven de Shanghai que acaba de obtener el primer premio en el concurso Gina Bachauer y que qued¨® en cuarto puesto en el ¨²ltimo Paloma O'Shea. Aqu¨ª probablemente incluso podr¨ªa haber merecido una calificaci¨®n m¨¢s alta.Kong ha sorprendido al auditorio con un programa extra?o, tanto en su disposici¨®n como en el contenido. No es propiamente el programa para el concierto de un maestro consagrado, sino m¨¢s bien el de un alumno que en su fin de carrera expone todo lo estudiado en el ¨²ltimo a?o.
Habitualmente, el programa que estos alumnos aventajados someten al juicio del p¨²blico contiene obras de muy diversos estilos, con atenci¨®n m¨¢s a la t¨¦cnica que a la expresi¨®n. Y as¨ª ha sido el programa de Kong, que, por ajustarse a la norma del estudiante, hasta inclu¨ªa autores casi desconocidos, como ese Muczynski, cuya Sonata en do mayor no pasar¨¢ en absoluto a la historia de la m¨²sica. El pianista obtuvo un gran ¨¦xito gracias a una t¨¦cnica prodigiosa, casi de exhibici¨®n.
Xiang-Dong Kong (piano)Obras de Liszt, Haydn, Muczynski, Chopin, Raclimaninoff, Scriabin y Grainger
?Cu¨¢ntos j¨®venes del Este nos asombran con la t¨¦cnica en los ¨²ltimos a?os! Aparecen como una estrella, pero no dejan de ser estrella fugaz, y a los pocos meses nadie vuelve a saber de ellos. Con Kong puede suceder otro tanto. De ¨¦l depende. Esa t¨¦cnica prodigiosa que desarroll¨® a escondidas, cuando el piano era considerado como reaccionario en China, y que complet¨® machac¨¢ndose frente a un teclado ficticio pintado en la mesa de la cocina, nunca puede ser un fin en s¨ª misma. Hoy por hoy, cuando aborda a Chopin, es patente que las ense?anzas musicales han de completarse con el arte de los grandes pianistas que le han precedido en Madrid. Los dos ¨²ltimos tiempos de la Sonata en do mayor de Haydn nos mostraron el inter¨¦s de Kong por ir avanzando en este terreno. ?Que no se convierta en otra estrella fugaz!
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