Melilla tres a?os despu¨¦s
Dud¨² es un cad¨¢ver pol¨ªtico y la comunidad musulmana permanece dividida
La Ca?ada de la Muerte sigue siendo algo m¨¢s que la antesala del Tercer Mundo. El barrio emblem¨¢tico de los musulmanes de Melilla contin¨²a a estas alturas, tres a?os despu¨¦s de las primeras movilizaciones de los entonces enfervorecidos partidarios de Aomar Mohamedi Dud¨², convertido en un lugar de hacinamiento donde las quejas se escuchan en cherja, la lengua del Rif. Las protestas, que se iniciaron un 23 de noviembre de 1985 con la manifestaci¨®n m¨¢s importante que hasta entonces hab¨ªa conocido la ciudad de Melilla, no sirvieron para mejorar sustancialmente las condiciones de vida del colectivo musulm¨¢n, unas 20.000 personas, sobre una poblaci¨®n total cercana a las 57.000.
El tercer aniversario de los sucesos de 1985 ha transcurrido bajo el signo de la divisi¨®n dentro del colectivo musulm¨¢n y la indiferencia del resto de la poblaci¨®n de Melilla, una ciudad donde la calma ciudadana y la convivencia entre comunidades son un objetivo m¨¢s que apreciado. El renacimiento de la organizaci¨®n Terra Omnium, la, que fund¨® Dud¨², ha transcurrido entre la descalificaci¨®n del l¨ªder hist¨®rico, hoy exiliado en Rabat, declarado persona no grata por la nueva ejecutiva de la organizaci¨®n musulmana, y las rencillas entre las diferentes asociaciones."La traici¨®n de Dud¨² le ha hecho mucho da?o a los musulmanes de Melilla; para nosotros es un cad¨¢ver pol¨ªtico que ya nunca tendr¨¢ nada que decir aqu¨ª". La frase, pronunciada por un dirigente musulm¨¢n que hasta hace no mucho tiempo se distingu¨ªa por su absoluta fidelidad al l¨ªder, es un s¨ªmbolo claro de la situaci¨®n en la que vive el colectivo tres a?os despu¨¦s de que las movilizaciones emprendidas por Dud¨², un abogado ex militante del PSOE y fundador de la asociaci¨®n Terra Omniun, se convirtieran en uno de los principales dolores de cabeza del Gobierno de Madrid.
En los tres ¨²ltimos a?os, con el comisario de polic¨ªa Manuel C¨¦spedes consolidado en la Delegaci¨®n del Gobierno y con una pol¨ªtica de goteo en la concesi¨®n de nuevas nacionalidades a musulmanes, la situaci¨®n del colectivo ha cambiado radicalmente, y muchos dudan que puedan volver a repetirse sucesos como los protagonizadospor Dud¨². Los dirigentes de Terra Omniun descartan ahora que se den las condiciones para sacar a los musulmanes a la calle y se declaran partidarios de "buscar las f¨®rmulas para que todas las comunidades que viven en Melilla encuentren un camino conjunto para el futuro". Tras esta frase, pronunciada por el flamante presidente de la renacida Terra Omnium, Abderram¨¢n Mohamed -un joven de 25 a?os que colabor¨® estrechamente con Dud¨² en el inicio de las movilizaciones-, se esconde la incapacidad actual del movimiento musulm¨¢n para conseguir una m¨ªnima organizaci¨®n operativa.
Falta de rumbo
La celebraci¨®n del tercer aniversario de la manifestaci¨®n del 23 de noviembre de 1985, la primera protagonizada por los musulmanes de Melilla para oponerse a la entrada en vigor de la ley de Extranjer¨ªa y exigir mejores condiciones de vida, ha servido tambi¨¦n para poner de manifiesto una falta de rumbo que en la pr¨¢ctica tiene desarticulado al movimiento.En el ¨²nico acto celebrado, una conferencia sobre la problem¨¢tica de Ceuta y Melilla, los escasos partidarios que le quedan a Dud¨² en el interior de Melilla protagonizaron una confusa protesta, en la que se mezclaban vivas a Hassan II y a Juan Carlos I y que ten¨ªa como ¨²nico objetivo afirmar la presencia del l¨ªder exiliado en Rabat ante los medios de comunicaci¨®n presentes en el acto. Terra Omnium tiene centrados todos sus esfuerzos en la descalificaci¨®n p¨²blica de su fundador. "Entonces no lo pod¨ªamos decir porque hac¨ªa falta un l¨ªder que dirigiera nuestras reivindicaciones, pero ¨¦l nunca ocult¨® que llo ¨²nico que quer¨ªa era hacerse millonario y tener poder; eso es lo que ahora le da el Gobierno de Marruecos", afirma sin inmutarse uno de los primeros colaboradores de Dud¨².
Apat¨ªa musulmana
Aornar Dud¨² ha sido acusado de haber utilizado en beneficio propio prebendas econ¨®micas puestas a su disposici¨®n por el Gobierno de Rabat y de haber beneficiado a familiares y fieles con, por ejemplo, concesiones de taxis en Marruecos. Lo que nadie duda en Melilla es que el movimiento musulm¨¢n de la ciudad n¨® ser¨¢ nunca el mismo sin la presencia de Dud¨².La desmovilizaci¨®n del colectivo musulm¨¢n ha tenido dosclaves: la divisi¨®n interna, que ha hecho que en la actualidad coexistan al menos cuatro grupos diferenciados -ninguno de ellos puede argumentar criterios de representatividad-, y la pol¨ªtica de concesi¨®n de nacionalidades. Los dos protagonistas de los sucesos de hace tres a?os, Dud¨² y el l¨ªder religioso Sid Driss, est¨¢n en manos de Marruecos. Sus aprendices son los que ahora controlan el movimiento.
Por lo que respecta a las nacionalizaciones, seg¨²n datos del Grupo de Iniciativas Territoriales, una sociedad contratada por el Ministerio del Interior para coordinar actuaciones en Melilla, hasta el momento unos
3.500 musulmanes han regularizado su situaci¨®n y disponen del DNI, otros 5.000 tienen ya finalizados los tr¨¢mites y otros 1.500 disponen de carn¨¦ de identidad provisional. Novecientos musulmanes han visto c¨®mo era denegada su solicitud de acceder a la nacionalidad espa?ola.
Mientras el problema de la comunidad musulmana permanece, de alguna forma, aletargado, la situaci¨®n econ¨®mica de Melilla sigue preocupando a los responsables de la ciudad. "Aqu¨ª, si el contrabando va bien, el comercio va bien, y, por tanto, la econom¨ªa va bien", coinciden en comentar varias personas consultadas por este peri¨®dico. El declive de Melilla va acompa?ado por un paralelo crecimiento de Nador, la localidad fronteriza por el lado de Marruecos.
Nador se ha puesto de moda en Melilla. Las diferencias de precios entre ambas ciudades hacen que los domingos los melillenses crucen la frontera en masa en busca de gangas de todo tipo. Esta situaci¨®n provoca incluso que los talleres mec¨¢nicos de Melilla est¨¦n atravesando una dificil situaci¨®n debido a la competencia que se les hace desde el lado marroqu¨ª, con precios a veces la mitad m¨¢s bajos que los que rigen en Melilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.