Los errores del Atl¨¦tico salvaron al Madrid
Losmiembros de la comisi¨®n del Senado que estudia la violencia en el f¨²tbol asistieron ayer al derby madrile?o de inc¨®gnito. Se sentaron detr¨¢s de los ultrasur, dispuestos a contrastar en directo las palabras que han pronunciado presidentes, ¨¢rbitros y jugadores en el Senado. Y el men¨² no pudo ser m¨¢s completo. Los senadores vieron tres expulsiones por actos violentos distintos: una patada alevosa, una agresi¨®n y un insulto. Presenciaron un despliegue de tarjetas amarillas por parte de un ¨¢rbitro que perdi¨® los papeles. Vieron como las faltas se multiplicaban a medida que aumentaban los minutos. Y, como postre, presenciaron una carga de la polic¨ªa contra los ultrasur. Adem¨¢s, si alguno de los senadores asisti¨® ayer por primera vez a un partido de f¨²tbol, debi¨® salir del Bernab¨¦u sin entender nada: un equipo, el Atl¨¦tico, domin¨® todo el partido y dispuso de numeros¨ªsimas ocasiones de gol; y el otro, el Real Madrid, apenas las tuvo, y gan¨® cuando medio estadio ya pensaba en como huir del embotellamiento.El Madrid es un equipo que tiene la virtud de superar los temporales sin perder la compostura y, eso s¨ª, con mucha suerte. Est¨¢ en crisis, su defensa no funciona, le faltan hombres b¨¢sicos (Hugo S¨¢nchez y Sanchis), y Schuster y Butrague?o naufragan por el campo sin rumbo conocido. Pero gana, y adem¨¢s en el ¨²ltimo segundo, cuando ya no tiene remedio. Y lo hizo porque el Atl¨¦tico de Madrid desperdici¨® ocho ocasiones claras de marcar. Hasta ocho veces los delanteros atl¨¦ticos se quedaron solos ante Buyo. En tres ocasiones fue Buyo el que salv¨® la situaci¨®n saliendo al paso de Manolo (m. 19 y 53) y Baltazar (m. 48). Y en las otras cinco fueron los desbordados madridistas, en falta, los que frenaron a los atl¨¦ticos: Buyo a Manolo (m. 65), Gallego a Baltazar (m. 18 y 73), y Julio Llorente tambi¨¦n a Baltazar (m. 74 y 77).
El partido, hasta que Mart¨ªn Navarrete decidi¨® equivocarse, se jug¨® a un ritmo muy vivo, pero enga?oso. Comenz¨® con dos goles r¨¢pidos, y enseguida, debido a la ausencia de buenos marcajes en el centro del campo, las jugadas se trasladaron de una porter¨ªa a la otra a toda velocidad. Tardaron los dos equipos en asentar su juego, y, finalmente, fue el Atl¨¦tico el que cre¨® m¨¢s peligro Donato marcaba las diferencias cortando algunos balones en el centro del campo, mientras que en el Madrid Schuster pecaba de una lentitud exasperante, y la ausencia de Sanchis dejaba un hueco impresionante que agudizaba a¨²n m¨¢s la debilidad defensiva en las continuas internadas de un espl¨¦ndido Futre.
En el Madrid se buscaba a un Hugo que no estaba, y nadie supo romper una defensa rojiblanca en l¨ªnea que parec¨ªa muy d¨¦bil. Butrague?o est¨¢ en un pozo d el que le cuesta mucho salir, y Paco Llorente, sin la ventaja de salir al campo con los rivales cansados, apenas destac¨®.
Sin embargo, el partido tom¨® un rumbo inesperado al no estar el ¨¢rbitro Mart¨ªn Navarrete a la altura de las circunstancias. Mart¨ªn Navarrete sali¨® al campo obsesionado con evitar que el partido se le fuese de las manos. Y a la primera oportunidad, en el minuto 3 y en una falta de Lu¨ªs Garc¨ªa de las que hay a patadas en el f¨²tbol, la obsesi¨®n le hizo sacar la tarjeta amarilla. Coloc¨® tan bajo el list¨®n de las tarjetas que se conden¨® a s¨ª m¨ªsmo, y jam¨¢s dio la impresi¨®n de controlar el partido.
La expulsi¨®n casi consecutiva de Tendillo y Orejuela acab¨® con el partido. Y, adem¨¢s, Mart¨ªn Navarreta debi¨® asustarse y baj¨® el list¨®n de las tarjetas, porque se mostr¨® ben¨¦volo con una entrada de Buyo a Manolo y un codazo de Gallego a Futre, m¨¢s graves que las expulsiones de Tendillo y Orejuela.
El partido, as¨ª, pas¨® a ser un cat¨¢logo de sucesos del que los senadores pueden sacar muchas conclusiones, y que termin¨® con un golazo de Mart¨ªn V¨¢zquez y una retah¨ªla de insultos de Futre.
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