El Norte tambi¨¦n existe

En el Pa¨ªs Vasco no todo es rock radical. Para la m¨²sica pop, para el rock and roll tradicional y para la b¨²squeda de nuevas opciones, el Norte tambi¨¦n existe.Para su presentaci¨®n en Madrid, el sello discogr¨¢fico navarro Nola! escogi¨® la flor y nata de su cat¨¢logo: el grupo mod Los Scooters, una nueva banda llamada Malos Tratos y, como te¨®rico plato fuerte de la noche, el grupo 21 Japonesas presentando nueva formaci¨®n y repertorio.

21 Japonesas actuaron entre unos y otros, con el p¨²blico fresco pero no fr¨ªo. Los donostiarras ya no son el grupo sorprendente de sus comienzos, cuando ritmos y armon¨ªas se fund¨ªan de forma tan extra?a como cautivadora. Esta inicial falta de gancho la equilibran a medida que transcurre su actuaci¨®n, apoy¨¢ndose en notables mejoras en el sonido global del grupo. Antes sab¨ªan lo que deseaban hacer y lo esbozaban, mientras que actualmente est¨¢n dando las pinceladas finales a una obra siempre abierta.

Por otro lado, las percusiones electr¨®nicas son ya un recuerdo para 21 Japonesas, ahora mucho mas firmes y arropados con una bater¨ªa ac¨²stica y percusiones. Vocalmente, Txetxo Bengoetxea no cesa de mejorar y eclipsa con su apasionada interpretaci¨®n a una guitarra y unos teclados excesivamente as¨¦pticos. En el calor est¨¢ su fuerza, el signo que debe diferenciarlos de grupos de pop-rock cargados de absurdas inhibiciones.

Malos Tratos centran todo su atractivo en la voz de Christel Teruel, una mujer f¨ªsicamente menuda y con grandes posibilidades vocales. Tambi¨¦n destac¨® un bater¨ªa de poderosa pegada, simplista en su estilo pero tremendamente efectivo. Presentaron las canciones de su ¨²ltimo disco, Muerte o locura, y dejaron claro que su tal¨®n de Aquiles es precisamente la irregularidad de las mismas.

Cerraron la noche Los Scooters, un cuarteto de planteamiento revivalista que ¨²nicamente aport¨® la contundencia de su sonido. Voces mediocres y tan poco imaginativas como las canciones, un puro y nost¨¢lgico recuerdo de ¨¦pocas pasadas. Parte del p¨²blico disfrut¨® con su desbordante energ¨ªa, mientras el resto de la gente abandonaba la sala enfrascada a¨²n en tararear las onomatopeyas vocales y r¨ªtmicas de 21 Japonesas.