Arthur Miller: "Las confesiones se elaboran mejor en los personajes de la ficci¨®n"
El autor de 'La muerte de un viajante' publica su autobiograf¨ªa en Espa?a
Arthur Miller, mudo, detr¨¢s del tel¨®n, mudo y sonriente en las fotos, del brazo de Marylin Monroe, no es el delgado y t¨ªmido intelectual que se opaca ante el p¨²blico. A sus 73 a?os, conserva la vitalidad y el brillo en la mirada de alguien a quien a¨²n le queda mucho por vivir. Su autobiograf¨ªa, titulada Vueltas al tiempo, acaba de ser traducida al castellano, y ha terminado tambi¨¦n hace pocos meses un gui¨®n para una nueva pel¨ªcula. Sus memorias no abundan en datos sobre lugares, personas, acontecimientos y fechas. El tono general es de cierto distanciamiento. No es por timidez, sino por esa olvidada cualidad llamada tacto, que ha adoptado una postura distanciada con respecto a su propia biograf¨ªa, seg¨²n se explica."Creo que en mi autobiograf¨ªa he tratado de hacer un recuento de la historia de mi tiempo, de mi vida", dice. "Estuve, por accidente, envuelto en una serie de acontecimientos importantes. De todas formas, pienso que las biograf¨ªas ¨ªntimas se desarrollan mejor en la ficci¨®n. No es buena idea que una pel¨ªcula o una pieza de teatro pretenda crear toda la verdad sobre algo. No digo ninguna mentira en mi libro, pero es como la distancia que tiene uno con una c¨¢mara frente a lo que sucede ante nuestros ojos".
"Yo dir¨ªa que lo que hay en mi libro es verdad, en el sentido de que no quiero desorientar al lector. Tuve algunos conflictos con personas, conocidas y lo he reflejado en mi libro, he contado lo que sucedi¨®. No he ocultado muchas cosas, pero tampoco ha sido una confesi¨®n. No creo en las confesiones. Pienso que las confesiones tambi¨¦n se dan mejor en la ficci¨®n. Puedes escribir una historia y contarlo todo all¨ª".
Vueltas al tiempo no se trata de justificar ni de explicar los porqu¨¦s de la vida de un hombre. Es un libro que m¨¢s bien trata de rastrear la g¨¦nesis de los personajes que crea la. ficci¨®n de un escritor. Hace poco tiempo Arthur Miller, preguntado por un periodista, dijo que le gustar¨ªa saber por qu¨¦ es que la gente ya no se siente vinculada o emocionada como antes con un personaje creado por la ficci¨®n. Ahora que sus obras vuelven a tener un nuevo auge, eso no parece preocuparle tanto.
"Mis obras se est¨¢n llevando a escena ahora m¨¢s que nunca antes. Por lo tanto, creo que mis personajes todav¨ªa tocan a la gente. En Espa?a est¨¢ de gira ahora una obra que yo escrib¨ª hace 42 a?os, Todos eran mis hijos. Lo que pasa tal vez es que la mayor parte de las obras de teatro que se escriben ahora son muy ir¨®nicas y no intentan crear personajes que nos conmuevan. Mis obras eran ir¨®nicas tambi¨¦n, pero hab¨ªa personajes".
La mayor parte del libro habla de su vida hasta principios de los sesenta. A los ¨²ltimos 20 a?os no le dedica mucho espacio. Como si desde entonces -despu¨¦s de la muerte de Marylin- nada importante hubiera sucedido.
"La verdad es que el libro se estaba haciendo muy largo. Probablemente escribir¨¦ despu¨¦s sobre ese per¨ªodo. He vivido muchas experiencias en estos ¨²ltimos 20 a?os, pero probablemente no he tenido tanto tiempo para reflexionar sobre ello como sobre lo anterior".
La libertad
Sus obras de teatro se han representado en todo el mundo. Fue el primer autor occidental que se represent¨® en la Rep¨²blica Popular China, y, como presidente del PEN Club (la asociaci¨®n internacional de autores), ha defendido a muchos escritores que han sido censurados en sus pa¨ªses a causa de sus obras.
Durante la caza de brujas en Estados Unidos fue uno de los pocos que se enfrent¨® a la comisi¨®n que lo juzgaba y se neg¨® a dar a conocer los nombres de quienes hab¨ªa conocido durante la ¨¦poca en que estuvo vinculado a grupos y acciones de la izquierda. ?Ha cambiado durante estos a?os y experiencias su idea de la libertad?
"Cambi¨® en un sentido. Cuando crec¨ª, la gran realidad que nos aplastaba era Hitler. Durante algunos a?os se pens¨® que los nazis se apoderar¨ªan de Europa permanentemente. Por eso era un asunto muy serio. Todo se relacionaba con ello. Si ellos ganaban, no hab¨ªa salida. Lo que suced¨ªa bajo esas circunstancias es que te convert¨ªas en un militante. Hab¨ªa una amenaza y deb¨ªas defenderte. Eso ha cambiado. Ahora los pa¨ªses, donde vayas, reclaman el derecho a decir lo que piensan. Hay quienes piensan que en esos pa¨ªses peque?os o alejados de las potencias no hay tradici¨®n de libertad. Incluso hay quienes pensaron eso de Espa?a. Pero no es as¨ª, en todos los pa¨ªses se reclama la misma libertad para expresarse".
"Lo mejor de nuestra ¨¦poca es que no hay una tendencia o ideolog¨ªa dominante. No duran mucho las tendencias o las modas y eso me parece bien en las artes. Al menos eso sucede en Estados Unidos".
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