Un refugio en el norte de Africa

Los amigos de Txomin Iturbe, deportado de Francia a Gab¨®n el 14 de julio de 1986, revisaban concienzudamente sus agendas en busca de alg¨²n recuerdo que les permitiera continuar las gestiones. Se trataba de buscar un pa¨ªs dispuesto a acoger al n¨²mero uno de ETA y a garantizarle que no caer¨ªa bajo el control de la polic¨ªa espa?ola.Era el final del mes de agosto. Iturbe aguardaba hac¨ªa 45 d¨ªas en Libreville, la capital de la antigua colonia francesa. Las autoridades de Gab¨®n comenzaban a mostrar su impaciencia. Segu¨ªan garantizando a la abogada Christianne Fando la salida de su cliente hacia el destino que libremente eligiera, pero no deseaban prolongar m¨¢s su estancia all¨ª. Alguien top¨® en una agenda polvorienta con un tel¨¦fono de Argelia. Cuando marc¨® el n¨²mero confiaba en comunicar con un coronel del Ministerio del Interior conocido de los tiempos, muy lejanos, en que miembros de ETA recib¨ªan entrenamiento paramilitar en suelo africano.

Pero el amigo de Iturbe, que comenz¨® a plantear el problema a su interlocutor con timidez, encontr¨® algo que no esperaba: una acogida calurosa. "Como si hace tiempo estuvieran esperando la llamada", comentar¨ªa m¨¢s tarde.

Iturbe lleg¨® a Argel el 5 de septiembre, en secreto. Las autoridades le pusieron escolta y una casa de visitante extranjero a su disposici¨®n. Comenzaron los tanteos y los contactos con representantes del Gobierno espa?ol. Pero, sin que ¨¦ste estuviera informado, Argelia comenz¨® a recibir a otros miembros de ETA, en una especie de discreto retiro. Cuando falleci¨® Iturbe, en los ¨²ltimos d¨ªas de febrero siguiente, se descubri¨® la presencia junto a ¨¦l de Ignacio Aracama, Macario, y Bel¨¦n Gonz¨¢lez Pe?alva.

La en¨¦rgica reacci¨®n espa?ola forz¨® el traslado temporal de ambos a Mali, pero, seg¨²n fuentes oficiales, facilit¨® tambi¨¦n la apertura de un di¨¢logo m¨¢s franco y abierto entre los dos Gobiernos. El 9 de julio llegaba a Argel, procedente de Ecuador, Antxon Etxebeste, a petici¨®n del Ejecutivo espa?ol, que deseaba volver a tener un interlocutor. Argelia acept¨® convertirse en receptor de m¨¢s explulsados de Francia, pero su n¨²mero y su identidad es uno de los secretos m¨¢s celosamente guardados.

Ni Argelia, ni Espa?a, ni Francia han facilitado nunca informaci¨®n al respecto, y las fuentes m¨¢s o menos pr¨®ximas a ETA Militar mantienen un cerrado silencio al respecto. Los deportados desde Francia son "unas decenas", pero se ignora si el n¨²mero est¨¢ m¨¢s cerca de 20 que de 50. Tampoco se conoce la libertad de movimientos de que gozan ni la infraestruaura de que disponen para asegurar la comunicaci¨®n con la direcci¨®n operativa de ETA durante el desarrollo de los contactos con el Gobierno.