El redescubrimiento del teatro cl¨¢sico
Obras del Siglo de Oro espa?ol triunfan en la cartelera madrile?a
Las largas colas frente al teatro de la Comedia, los carteles de "no hay entradas" las cifras de taquilla de la Sociedad General de Autores y los datos aportados por la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico lo confirman. El teatro cl¨¢sico espa?ol goza de una buena salud, perdida hace tiempo. Los propios responsables del fen¨®meno son los primeros sorprendidos y observan con asombro c¨®mo acuden insaciablemente espectadores a conocer y reconocer a Lope de Vega, Tirso, Calder¨®n o Fernando de Rojas. En el centro de todas las miradas, y como claro exponente, se encuentra la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, cuya temporada teatral 1988-1989 est¨¢ marcada por el "agotadas las localidades".
Adolfo Marsillach, primer, ¨²nico y ¨²ltimo director de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, creada en Espa?a en 1985, con dos siglos de retraso con respecto a formaciones similares de otros paises, no puede evitar pensar, aunque alude al pudor, que algo habr¨¢ tenido que ver en este fen¨®meno del resurgir de los cl¨¢sicos en nuestro pa¨ªs, y que hace que la sede de su compa?¨ªa, el teatro de la Comedia, se llene a diario, desde hace tiempo, con obras como Don Juan Tenorio, La Celestina -ambas dirigidas por ¨¦l- o El alcalde de Zalamea, bajo la direcci¨®n de Jos¨¦ Luis Alonso. "Ser¨ªa demasiado f¨¢cil", comenta Marsillach, "adem¨¢s de esquem¨¢tico y vanidoso, atribuirnos a nosotros todos los m¨¦ritos, aunque alguno, creo yo, que deberemos tener".Paralelamente al ¨¦xito de las representaciones tambi¨¦n han surgido inhabituales cursos, que en estos momentos se est¨¢n ofreciendo, sobre formaci¨®n actoral ce?ida exclusivamente al terreno del teatro cl¨¢sico.
Cuando se le pregunta a Marsillach a qu¨¦ se debe esta buen¨ªsima salud de los cl¨¢sicos, responde que no quisiera ponerse pesado con la insistencia: "A m¨ª me parece que la decisi¨®n tomada de representar nuestras obras cl¨¢sicas de una manera diferente, por muy discutible que sea esa diferencia, ha contribuido mucho a considerarlas vivas y actuales", y no olvida que a ello tambi¨¦n han favorecido las pol¨¦micas sobre su labor: "Incluso la muy saludable controversia que levantan nuestros montajes entre los m¨¢s que respetables guardadores del orden p¨²blico dram¨¢tico es un factor determinante para mantener su vigencia". Marsillach llega a afirmar que han alcanzado la pol¨¦mica porque, en el fondo, la deseaban: "Mi prop¨®sito fue siempre conseguir que nuestros espect¨¢culos no resultaran aburridos, y lo hemos logrado".
El director lanza al aire varias preguntias sobre el por qu¨¦ de lo que esta ocurriendo. Ante ellas una ¨²nica y final respuesta: "No lo s¨¦; de veras que lo ignoro, la f¨®rmula estar¨ªa en un gran texto con una buena factura".
Fen¨®meno europeo
Rafael P¨¦rez Sierra, director del Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico de Almagro y asesor literario de la CNTC, piensa que este resurgir del teatro cl¨¢sico no es un hecho que se d¨¦ de form aislada en nuestro pa¨ªs, sino que el fen¨®nemo es universal o, cuando menos, se puede observar en el teatro europeo: "El teatro cl¨¢sico goza de un buen estado de salud en Europa", cornenta; "este es un momento de claro resurgir, y lo que est¨¢ sucediendo en el teatro de la Comedia entra en clara consonancia con lo que viene ocurriendo en otros teatros de Europa". Pero P¨¦rez Sierra tambi¨¦n tiene claro que, se haga lo que se haga, no se obtienen los mismos resultados.Por su parte, Jos¨¦ Mar¨ªa Diez-Borque, que ense?a teatro del Siglo de Oro espa?ol desde hace muchos a?os en la facultad de Filolog¨ªa, incide en el hecho de que este resurgimiento aunque todav¨ªa pueda ser minoritario frente a otras manifestaciones no deja de constituir un fen¨®meno apasionante y curioso.
D¨ªez Borque no quiere ignorar el papel que en todo este fen¨®meno ha jugado la compa?¨ªa de Marsillach: "Es innegable el papel decisivo que para la estabilizaci¨®n del teatro cl¨¢sico como oferta habitual, no circunstancial o meraniente culturalista, desempe?a la CNTC, que, a estas alturas, ya ha ofrecido variadas y distintas soluciones al reto siempre dif¨ªcil de c¨®mo hacer los cl¨¢sicos hoy, poniendo los primeros pilares de lo que podr¨¢ hacerse tradici¨®n". Y comenta a modo de conclusi¨®n: "Cuando Lope, Tirso Calder¨®n... no s¨®lo sean referencias de libro, sino costumbre teatral, con distintas y opuestas soluciones esc¨¦nicas el teatro cl¨¢sico habr¨¢ logrado su resurgimiento".
Como de fen¨®meno sorprendente y de no f¨¢cil explicaci¨®n define este resurgimiento del teatro cl¨¢sico el acad¨¦mico Fernando L¨¢zaro Carreter quien precisamente va a desarrollar el pr¨®ximo verano unos cursos consagrados a analizar este fen¨®meno. "En principio" comenta, "este hecho parece estrechamente asociado con la fervorosa acogida que dispensa el p¨²blico a conciertos o exposiciones que antes eran para mi ciados. Cuesti¨®n aparte es la de si el teatro cl¨¢sico se ofrece al p¨²blico con la misma pulcritud que un concierto o una exposici¨®n". Para el acad¨¦mico, estos hechos est¨¢n, seguramente, determinados por la asociaci¨®n, .por fortuna creciente", entre libertad y cultura.
Varias son las causas que han provocado esta nueva moda, seg¨²n Luciano Garc¨ªa Lorenzo, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas y director de la revista Cuadernosde Teatro Cl¨¢sico. ?l expone que al margen de un cierto esnobismo y de una "imposici¨®n" culturalista est¨¢n distintos hechos, como el de que el p¨²blico busca el texto como elemento primario de los montajes, el de la calidad, as¨ª como la sensibilizaci¨®n social existente hacia un teatro que ofrece garant¨ªas de seriedad y entretenimiento o la continua asistencia de estudiantes en los que se crean h¨¢bitos teatrales.
A la salida del teatro de la Comedia se puede observar que el p¨²blico que ha estado en la representaci¨®n de El alcalde de Zalamea de Calder¨®n, con puesta en escena de Jos¨¦ Luis Alonso, es realmente heterog¨¦neo y que todos los consultados califican el montaje de entretenid¨ªsimo. Juan, un joven estudiante de COU, ceflidamente encuerado, afirma ser la segunda vez que ve un cl¨¢sico, y que la primera le llevaron arrastras. En esta ocasi¨®n ha acudido voluntariamente porque "es un quede traer a tu chica a ver esto". Dos se?oras con adornos que distan mucho de ser de bisuter¨ªa s¨®lo se muestran preocupadas por el rastro que ha dejado el rimel sobre sus caras tras llorar en la ¨²ltima escena: "Es que Jes¨²s Puente hace que te lo creas todo".
Enrique Centeno, responsable del departamento de divulgaci¨®n cultural de la CNTC, piensa que el fen¨®meno presenta una doble vertiente; por un lado la estrictamente teatral, y por otra, la cultural: "El que se mantenga una comunicaci¨®n tan fuerte con los medios universitarios, que se agoten las ediciones de textos y estudios de obras cl¨¢sicas, que los debates que proponemos despierten ese inter¨¦s, son cosas que trasciende lo puramente esc¨¦nico", comenta. Desde ese mismo departamento, la compa?¨ªa se pone en contacto con institutos y universidades para que los alumnos acudan dos veces por semana al teatro de la Comedia con precios especiales.
Babelia
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