Una manifestacion de j¨®venes contra la ?pera de Viena resta protagonismo a Pl¨¢cido Domingo y Carreras
El Baile de la ?pera de Viena, celebrado el pasado jueves, fue el espect¨¢culo social del a?o. Se recaudaron medio mill¨®n de chelines austriacos (unos 4,5 millones de pesetas) destinados a la Fundaci¨®n Carreras. Mientras 1.500 manifestantes luchaban contra la polic¨ªa en las calles protestando por el derroche de esa tradicional gala, en el interior del edificio 6.000 personas guardaban absoluto silencio cuando Pl¨¢cido Domingo dirig¨ªa sonriente a la orquesta que acompa?aba a Carreras en la canci¨®n de una opereta de Franz Lehar Tuyo es todo mi coraz¨®n. Las manifestaciones acabaron con 52 heridos y 12 detenidos.
La actuaci¨®n de ambos tenores desde un palco central fue el punto culminante de la apertura de este espect¨¢culo, que es una exhiblici¨®n de danza, indumentarias y despliegues florales y coreogr¨¢ficos. Ciento ochenta parejas de j¨®venes que hacen su deb¨² en sociedad dan su primer paso de baile con un vals. Ellos, de frac y con rostros compungidos, esforz¨¢ndose por seguir el ritmo del baile. Ellas, de blanco, y sobre sus unas coronitas imitando diademas.Este gran baile, auspiciado por el presidente austriaco, Kurt Waldheim, funcion¨® a la perfecci¨®n. Dio al mundo la imagen de una Austria alegre, inofensiva y rom¨¢ntica: los valses, una elegante muchedumbre aprisionada entre sedas y terciopelos, el ritmo contagiosos de la polonesa y el aroma de miles de claveles fucsias y azaleas multicolores. Mientras todos viv¨ªan despreocupados este salto al siglo pasado, en el exterior segu¨ªa la protesta, como es tambi¨¦n tradici¨®n desde hace tres a?os. Los c¨®cteles molotov calentaban el aire helado de la noche. Los manifestantes gritaban a la polic¨ªa Gestapo, Gestapo. Una docena de autobuses con el motor en marcha y uniformados en su interior bloqueaba las calles que rodean la ¨®pera. Los 1.500 j¨®venes fueron empapados por un cami¨®n cisterna. Uno de los participantes con el rostro cubierto explicaba as¨ª la acci¨®n de protesta: "Los se?ores que est¨¢n bailando ah¨ª dentro compraron su entrada con dinero sucio. Con las ganancias de sus ventas de armas".
En un sal¨®n con l¨¢mparas de cristal y espejos, una orquesta de mujeres da al ambiente un aire de pel¨ªcula de Visconti. Una joven vestida de Cenicienta. Otra, m¨¢s morena, se exhibe como una esfinge.
Es una noche fr¨ªvola, en la que se olvidan los esc¨¢ndalos que han acontecido en la vida pol¨ªtica austriaca durante el ¨²ltimo tiempo y donde se ignora el pasado nazi de Waldheim. Con todo, esa noche es la ¨²nica que deja ganancias a esta casa del canto, que vive de subvenciones estatales para financiar sus producciones monumentales. Un palco costaba 90.000 (900.000 pesetas)La entrada de pie, 2.200. Once salas se adaptaron como bares, restaurantes y discotecas, que cobraban 1.000 chelines por una mesa para cuatro personas m¨¢s consumici¨®n. Sentarse fue el sue?o imposible de muchos que intentaban ver en puntillas desde la ¨²ltima fila de un palco el espect¨¢culo principal en la gran sala.
El gran baile termin¨® a las cinco de la madrugada. Despu¨¦s de muchos ensayos de los debutantes. Despu¨¦s de haber transformado totalmente este teatro, del que fueron sacadas todas las butacas para convertirlo en una pista de danza. Despu¨¦s de relajados ensayos de Pl¨¢cido Domingo como director de orquesta.
En conversaci¨®n con EL PA?S, Pl¨¢cido Domingo afirm¨® que quiere representar Carmen para la Expo 92 con Jos¨¦ Carreras. En una entusi¨¢stica defensa del Baile de la ¨®pera, Pl¨¢cido Domingo describi¨® este espect¨¢culo como "una tradici¨®n necesaria llena de romanticismo. Viena no ser¨ªa Viena sin el Baile de Debutantes de la ?pera". Neg¨® que la gala fuera elitista o fr¨ªvola, "porque llega a 800 millones de telespectadores". Jos¨¦ Carreras, manifest¨® que si "se quiere hacer algo popular se puede cantar en un estadio con 100.000 personas, y eso lo hemos hecho". Afuera, los ¨²ltimos manifestantes, cansados y mojados, emprend¨ªan la retirada.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.