El di¨¢logo en el vac¨ªo de Richard Artschwager
El vanguardista norteamericano expone en el palacio de Vel¨¢zquez del Retiro
Desde el pasado 10 de febrero puede visitarse en el palacio de Vel¨¢zquez del madrile?o parque del Retiro una bell¨ªsima exposici¨®n antol¨®gica del artista norteamericano Richard Artschwager, nacido el a?o 1923, figura destacada de la vanguardia desde los a?os sesenta y en la actualidad, posiblemente, uno de los artistas m¨¢s influyentes. La exposici¨®n permanecer¨¢ abierta hasta el pr¨®ximo 2 de abril.
La muestra, que contiene un centenar largo de obras, desde comienzos de los a?os sesenta hasta 1987, ha venido a Madrid tras recorrer varios museos norteamericanos, y tiene previsto continuar su periplo europeo recalando en el Centro Georges Pompidou de Par¨ªs y en la Staadische Kuristhalle de D¨¹sseldorf,No s¨¦ c¨®mo quedar¨¢ esta antol¨®gica en los lugares citados, pero me atrevo a aventurar que en ning¨²n caso mejor que en este palacio de Vel¨¢zquez, que sigue tan fascinante y peligroso a pesar de haber soportado la dura prueba de su remodelaci¨®n.
Richard Artschwager ha estado asociado al pop y al arte minimal, porque no cabe duda de que comparte ciertos elementos con ambas tendencias, pero, a la postre, estas relaciones acaban marcando m¨¢s diferencias que afinidades. Realmente no es ni una cosa ni otra.
?Qu¨¦ es, pues, Artschwager? Se le podr¨ªa definir, por ejemplo, como un maestro del equ¨ªvoco espacial, tal es su magia para glosar la ilusi¨®n del vac¨ªo y la manera en la que los objetos se ubican en ¨¦l. No obstante, el contemplador de su obra en seguida se percata del trasfondo contaminante que rodea este ambiente de silencio, formado por im¨¢genes impresas y objetos pulidos, cuyo aire cotidiano cobra pronto la solemne distancia de un templo griego.
Escenarios
En cierta manera, las grises im¨¢genes impresas con acr¨ªlico sobre celotex retienen la calidad desva¨ªda de una cotidianidad desolada, como recuerdos de experiencias que el tiempo ha reducido a su condici¨®n esencial de escenarios. La forma en que Artschwager evoca el espacio de estos interiores burgueses tiene que ver con los cuadros metafisicos de un De Chirico, pero sin m¨¢s s¨ªmbolos que el filtro neutralizador de la pantalla granulada y el efecto de vac¨ªo.Las im¨¢genes cobran la apariencia y el sentido de esculturas, mientras que los objetos tridimensionales, esos muebles de madera recubiertos de formica, se nos presentan como cuadros.
No he visto jam¨¢s una poes¨ªa acerca de lo real tan fuertemente turbadora, tan concisa y exigente, tan radicalmente precisa. Im¨¢genes y objetos, Artschwager logra fusionar en una misma vivencia el vac¨ªo f¨ªsico y existencial, reduciendo el mundo a la presencia m¨ªtica de las cosas.
Es m¨¢s que la apropiaci¨®n de lo cotidiano, y que la simple objetivaci¨®n del espacio, reducido a las puras dimensiones y estructuras de los objetos: es el pensamiento que encara hasta el fondo el orden, algo as¨ª como la conversaci¨®n so?ada entre Fidias, Mondrian y Duchamp, pero el que habla en realidad es s¨®lo Artschwager.
De ninguna manera puede uno prescindir de este di¨¢logo en el vac¨ªo, el m¨¢s profundo, comprometedor y emocionante que hoy cabe tener.
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