El 'plan verano' contra la inflaci¨®n en Brasil fracasa tras dos meses de vigencia
A poco menos de dos meses de vida, el plan verano para combatir la inflaci¨®n en Brasil parece pr¨®ximo a su final. La inflaci¨®n lleg¨® al 6% al mes y dej¨® al Gobierno del presidente Jos¨¦ Sarney sin palabras. Lo que se esperaba despu¨¦s de la congelaci¨®n de sueldos y precios era por lo menos la mitad de este ¨ªndice. "Si llegamos a la hiperinflaci¨®n, las que primero sufrir¨¢n son las instituciones" dijo Sarney. "La democracia depende de la econom¨ªa".
Si dependiera exclusivamente de la actividad econ¨®mica, la pol¨ªtica brasile?a estar¨ªa otra vez en momentos poco felices. El gigantesco pa¨ªs, due?o de considerables recursos industriales y naturales, est¨¢ estacionado. Se estima que el producto interior bruto no ha crecido en 1988 en t¨¦rminos reales.La inflaci¨®n de los ¨²ltimos 12 meses lleg¨® al 1. 150%, pero un curioso sistema de indexaci¨®n regulaba sueldos y tasas de inter¨¦s de las cajas de ahorro populares. Los brasile?os se han acostumbrado a vivir con n¨²meros absurdos, y muy poca gente es capaz de decir cu¨¢l es el precio de la gasolina o siquiera el del pan o el de la leche.
El plan verano fue lanzado en febrero, cuando la inflaci¨®n lleg¨® a m¨¢s del 1 % al d¨ªa, pero no se compon¨ªa solamente de la cl¨¢sica medida de congelar los precios y los sueldos. El Gobierno brasile?o mantuvo alt¨ªsimas las tasas de inter¨¦s como forma de frenar la formaci¨®n de stocks especulativas y disminuir la liquidez del mercado financiero. Se comprometi¨®, adem¨¢s, a gastar apenas lo que consiguiese recabar, y anunci¨® que iba a despedir por lo menos a 70.000 de los 1,5 millones de empleados p¨²blicos.
Responsabilidad
Lo que trabajadores y empresarios dicen hoy es que el Gobierno no ha cumplido con su responsabilidad. Mientras que la congelaci¨®n de precios ha causado considerable confusi¨®n en los mercados (la Volkswagen, por ejemplo, no puede completar m¨¢s de 7.000 coches por falta de repuestos), la reacci¨®n de los sindicatos a la nueva pol¨ªtica salarial se tradujo en la convocatoria de un paro general. Pero el Gobierno sigui¨® gastando y compensando su d¨¦ficit con una espantosa emisi¨®n de moneda y hasta ahora no se ha sabido del despido de un solo empleado p¨²blico. La anunciada privatizaci¨®n de empresas estatales fue parada por la oposici¨®n pol¨ªtica y se qued¨® apenas sobre el papel.Lo m¨¢s grav¨¦ es que el alt¨ªsimo inter¨¦s que el Gobierno ofrece para quien compra sus emisiones amenaza con llevar la deuda interna a niveles astron¨®micos. Los especialistas estiman que las autoridades no podr¨¢n hacer frente a intereses del 31% al mes por m¨¢s tiempo, y la medida de la falta de credibilidad en la pol¨ªtica econ¨®mica se ve en el mercado negro del oro o del d¨®lar. La diferencia entre el cambio oficial y el paralelo lleg¨® al 93% ayer.
El Gobierno insiste en mantener congelada la paridad del d¨®lar y del cruzado. Esta pol¨ªtica amenaza con perjudicar seriamente la cosecha agr¨ªcola de este a?o, considerada la mejor hasta ahora. Al mismo tiempo empieza a faltar la carne en las grandes ciudades, porque el Gobierno congel¨® el precio de venta en un punto en el cual no interesa a los productores venderla en el mercado.
Lo ir¨®nico es que la mayor¨ªa de los pol¨ªticos prefiere en estos momentos criticar la deuda externa. Ni siquiera el anuncio del plan Brady trajo algo de alivio.
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