Guerra en R¨ªo
La violencia urbana en la ciudad brasile?a, m¨¢s mort¨ªfera que el conflicto de L¨ªbano
R¨ªo de Janeiro, desde el ¨²ltimo fin de semana, forma ya parte del mapa de las guerras civiles en el mundo. A un promedio de 17 asesinatos por d¨ªa, la violencia urbana mata m¨¢s que en L¨ªbano o El Salvador. La ciudad, tiene desde hace m¨¢s de una d¨¦cada fama de peligrosa y agresiva, pero la atm¨®sfera que all¨ª se respira estos d¨ªas, agravada por una ola de calor excepcional, es casi insoportable. En los ¨²ltimos dos fines de semana, R¨ªo bati¨® sus propios tristes r¨¦cords: 70 personas asesinadas en poco m¨¢s de 48 horas. Ya son tantos los grupos y asaltantes implicados en cr¨ªmenes que, para la inoperante y corrupta polic¨ªa, se ha convertido en una misi¨®n imposible buscar cualquier tipo de explicaci¨®n a lo que sucede.
A los asaltos, peleas y conflictos normales que ocurren en los suburbios marginales de la bella ciudad se a?aden dos tipos de guerras privadas, en las cuales los polic¨ªas est¨¢n envueltos directamente o se contentan con recoger cad¨¢veres.La primera batalla se libra actualmente entre diversas bandas de traficantes de marihuana y coca¨ªna. R¨ªo presenta en determinados sectores el mismo cuadro que una ciudad dividida y ocupada por milicias rivales, como Beirut.
Los morros, las colinas cercanas a la ciudad donde se concentran las chabolas, las favelas, son controlados de forma r¨ªgida por bandas organizadas que disfrutan del apoyo de la poblaci¨®n, que ve en los marginales un tipo de protecci¨®n a la vida comunitaria que no puede esperar de las instituciones oficiales.
El tr¨¢fico est¨¢ desorganizado en algunas de esas favelas, y parte de las muertes se atribuye a ese violento proceso de acomodaci¨®n entre bandas rivales. La polic¨ªa no se atreve a subir a los morros. Incluso el armamento de esas bandas, robado del ej¨¦rcito, es m¨¢s pesado y superior al de la polic¨ªa, e incluye metralletas.
La otra guerra se disputa entre una poderosa organizaci¨®n criminal, conocida como Falange Roja, y las autoridades. Parte de los dirigentes de este grupo est¨¢ en una c¨¢rcel de alta seguridad. Para obligar al Gobierno de R¨ªo de Janeiro a trasladarlos a otra penitenciar¨ªa, la Falange orden¨® el asesinato indiscriminado de presos, todas las noches, en varias c¨¢rceles de la ciudad.
Asaltos a edificios
Ahora la Falange promueve asesinatos en las calles, preferentemente de miembros de la polic¨ªa militar, como manera de infundir respeto y terror. Sus integrantes son criminales experimentados, responsables de algunos de los robos y asaltos m¨¢s espectaculares de las ¨²ltimas semanas. Es la moda, en R¨ªo, saquear edificios enteros, habitados por gente rica, en las avenidas de las playas de Copacabana e Ipanema.La t¨¦cnica empleada en los asaltos y la manera de ejercer presi¨®n sobre las autoridades vienen de los a?os setenta, cuando los presos comunes estaban con los prisioneros de la guerrilla urbana, y aprendieron de ellos c¨®mo se asalta un banco. La Falange, sin embargo, hasta ahora, jam¨¢s formul¨® propuestas pol¨ªticas.
Adem¨¢s, act¨²an en los suburbios pobres de R¨ªo de Janeiro grupos privados, casi siempre integrados por polic¨ªas, que se denominan justicieros y que por cuant¨ªas modestas eliminan a cualquiera que est¨¦ bajo sospecha de ser un asaltante. Claro est¨¢ que esta actividad se transform¨® muy r¨¢pido en un pr¨®spero negocio de eliminaci¨®n de personas, una consecuencia del hecho de que la justicia en Brasil falla y tarda.
Lo que ha cambiado la atm¨®sfera de R¨ªo radicalmente en estos d¨ªas calientes de abril es el hecho de que las huelgas en los servicios p¨²blicos, la deficiencia de infraestructura tambi¨¦n en los mejores barrios de la ciudad, la virtual quiebra de la Administraci¨®n y la evidente incapacidad de los pol¨ªticos para cambiar esta situaci¨®n crearon un esp¨ªritu colectivo pr¨®ximo a la anarqu¨ªa social.
Los analistas brasile?os consideran a R¨ªo como una demostraci¨®n extrema de lo que podr¨ªa pasar en las ciudades de este pa¨ªs gigantesco si la cuesti¨®n social no es resuelta de manera convincente.
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