Los taurinos antitaurinos
Los antitaurinos deber¨ªan dejar sus campa?as contra la fiesta en manos de los taurinos profesionales que la manejan. Lograr¨ªan que en poco tiempo desapareciese. La afici¨®n no aguantar¨ªa muchos festejos como el de ayer, en el que se dieron cita todos los vicios, defectos y corruptelas dque son capaces estos profesionales. Y con la autoridad, ?competente?, haciendo de Don Tancredo.A los inv¨¢lidos animalitos, sospechos¨ªsimos de pitones, se les cambi¨® tras aplicarles, adem¨¢s mal, el tradicional monopuyazo. Como, a excepci¨®n de los de Javier V¨¢zquez, a los que banderille¨® con lucimiento, se les cambi¨® con dos rehiletes como m¨¢ximo sobre sus lomos.
El presidente consinti¨® todo esto, al igual que consinti¨® que los jamelgos llevasen los prohibidos manguitos, se tragaba semejante pantomima y sonre¨ªa, ajeno a otra cosa que no fuera desenfundar con rapidez el pa?uelo blanco para evitarse las sonoras protestas.
P¨¦rez/Molina/Atienza/ V¨¢zquez
Cuatro novillos de P¨¦rez Angoso y dos, 52 y 62, de P¨¦rez de San Fernando, terciados, inv¨¢lidos y noblotes. Manuel Molina: silencio, vuelta. Julio Atienza: silencio, aviso con retraso y vuelta. Javier V¨¢zquez: oreja, palmas.Alcal¨¢ de Henares, 6 de mayo.
La mojiganga de novillada fue un mal simulacro de lo que debe ser la fiesta de los toros. Todo ello, con precios de superlujo. ?Hay quien d¨¦ menos por m¨¢s?. Un reto que seguramente superar¨¢n los propios taurinos en su contumacia. Aunque est¨¦n solos en la plaza.
Para mayor escarnio, ¨²nicamente V¨¢zquez se acerc¨® a lo que se denomina torear. Su enrabietada garra transmiti¨® al aburrido y estafado p¨²blico, que tambi¨¦n supo valorar un aroma de diestro con clase. Los pegapasistas Molina y Atienza realizaron frusler¨ªas insustanciales.
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