"La poes¨ªa, pens¨¢ndolo bien, da miedo"
Alberti asiste a la aparici¨®n de toda su obra po¨¦tica
A los 86 a?os, en plena culminaci¨®n de su obra en prosa, Rafael Alberti asiste a la aparici¨®n de su poes¨ªa completa, editada por Aguilar, que se presenta hoy en la Real Academia de Bellas Artes. Luis Garc¨ªa Montero ha dirigido la recopilaci¨®n y realizado las notas de la edici¨®n. El poeta contempla con cierta distancia el acontecimiento, m¨¢s preocupado por la continuidad de su trabajo actual, "porque la ¨²nica seguridad que posee un escritor es trabajar todos los d¨ªas, sin m¨¢s garant¨ªas".
No quiere dar la impresi¨®n de estar a disgusto con este hecho, "muy al contrario, le he dedicado tiempo, y sobre todo Garc¨ªa Montero ha realizado una gran labor". Alguien tan seguro de estar vivo, tan deseante vital y literariamente, contempla la edici¨®n del corpus fundamental de su obra po¨¦tica como un paso m¨¢s, un libro m¨¢s que tiene un origen ya muy lejano, quiz¨¢ "porque tuve muy pronto -cuando a¨²n no era poeta- el convencimiento de estar realizando una obra.Desde Marinero en tierra, que recibi¨® el Premio Nacional de Poes¨ªa con el voto, entre otros, de Antonio Machado, me sent¨ª responsable de mi creaci¨®n literaria". La realizaci¨®n de una obra, contemplada con la lejan¨ªa que puede hacerlo Rafael Alberti, pudiera aparecerse como un destino realizado, pero, ?qu¨¦ es el destino para un poeta? "Yo creo menos en el destino, que es una palabra demasiado grandilocuente, que en la suerte, en la estrella. Creo mucho en mi buena estrella, y me gusta confundirla con mi destino. He vivido demasiadas situaciones dificiles y siempre he salido con bien. Siempre digo que pienso vivir hasta el a?o 2015, ¨¦se ser¨ªa mi destino preferido".
A la par de grandilocuente, la palabra parece ser generadora de memoria, una especie de revisi¨®n melanc¨®lica de aquella buena estrella, "la guerra nos torci¨® el destino a todos, llegu¨¦ a Valpara¨ªso en el ¨²ltimo barco que logr¨® salir de Francia antes de la ocupaci¨®n nazi".
La Marina americana
Pero en medio de este relato de un viaje en tercera clase, sin luz por miedo a los submarinos, y hacia un futuro incierto, Rafael Alberti recuerda tambi¨¦n, quiz¨¢ m¨¢s que nada, el momento m¨¢gico, irrepetible, ¨²nico: "Antes de entrar a puerto, la Marina americana nos detuvo, esperaban la salida de un buque alem¨¢n que hab¨ªa entrado a reparar heridas y quer¨ªan apresarle. El buque sali¨®, pero sus ocupantes, despu¨¦s de abandonarlo, lo hicieron estallar. Cu¨¢l no ser¨ªa la carga explosiva que llevaba en sus bodegas, que el buque ascendi¨® verticalmente con la proa al cielo y yo pude ver por debajo de ¨¦l la l¨ªnea del mar. Un barco suspendido en el cielo, creo que no volver¨¦ a verlo".El mundo le interesa, pero no le conforta. Algo parece haber desaparecido de la vida intelectual, de la vida literaria que le inquieta e incomoda: "Despu¨¦s de la II Guerra Mundial empez¨® en el mundo intelectual una especie de cansancio. Hablo de ideas, no de hombres. Existe un culto por la novedad que confunde, que hace luchar por ocupar unos espacios que no son fundamentales. Todo eso lleva a la falsificaci¨®n de uno mismo. La novedad es la enfermedad de este siglo, y un culpable, Verlaine".
El entusiasmo en el contacto con las gentes, el respeto a la tradici¨®n oral e inmediata, dir¨ªase utilitaria, de la poes¨ªa, hace la producci¨®n de Alberti dif¨ªcilmente catalogable: "En la poes¨ªa completa, que ser¨¢n siete tomos, falta mucho de lo escrito en Argentina, de lo que se encuentra disperso en revistas, folletos, libros incluso, pero eso ser¨ªa una labor dif¨ªcil. Por otras causas -omisiones voluntarias o reelaboraciones de textos- "no existe ninguna ausencia fundamental. Alg¨²n poema que no nos gustaba, y algunos cambios en la ordenaci¨®n de los libros, pero nada importante".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.